Cap. 43: ¿Medio hermano?
Iker deslizó el dedo sobre la pantalla de su Tablet, rebobinando hasta encontrar la fecha exacta. Amelia, a su lado, se mantenía en silencio, con la vista fija en el dispositivo.
—Aquí está —anunció él.
La voz de Mara resonó clara a través del robot Mateo:
—Vamos a usar estos vasos, estaban en los escritorios de Iker y Lisandro.
—¿Estás segura de que esos son? —preguntó Armando.
—Sí, estaban justo donde ellos se sientan.
Iker pausó la grabación, frunció el ceño.
—Yo no tomé agua ese día en esos vasos —dijo con seguridad—. Es más, nunca uso vasos. Siempre traigo mi termo.
Amelia giró la cabeza hacia él.
—Yo sí tomé agua ese día y usé el escritorio de Lisandro, ahí dejé mi vaso.
Reanudaron la grabación. La conversación de los niños continuaba, describiendo cómo habían recolectado las muestras.
—Asumieron que los vasos eran de nosotros solo por estar en nuestras mesas —murmuró Iker—. Pero al menos el mío no era.
Volvió a abrir el informe.
—Aquí dice que hay una compatibilidad del 99.9% c