Cap. 105: El nuevo dueño de empresas Elizalde.
Lisandro no reaccionó con el desgaste habitual. Solo la miró con una serenidad que la desconcertó.
—Madre —dijo con calma, casi con piedad—. Ya no es nuestra empresa. Y tú lo sabes.
—¡Es tu legado! —bufó ella, clavando los tacones en el piso como si así pudiera hundir la realidad—. ¡El legado de tu padre, el que tú destruiste con tu cobardía!
Lisandro respiró hondo. La sostuvo con una paciencia que jamás había tenido.
—No vine a discutir. Vinimos a entregar lo que corresponde.
Sus palabras la irritaron aún más, pero algo en el tono…
Ese algo que nunca había escuchado en su hijo: verdad, claridad, la obligó a sentarse.
O mejor dicho, se dejó caer en la silla principal, la que siempre había reclamado como su trono.
Lisandro, en cambio, ocupó un asiento cualquiera. Y eso, para Berenice, fue más ofensivo que la venta.
—¿Dónde están los demás socios? —preguntó con fastidio—. ¿Por qué esta sala está vacía?
Lisandro cruzó las manos sobre la mesa.
—Porque el nuevo dueño pidió vernos solo a n