capítulo 4

Después de la muerte de la anciana, Valquiria ahorró casi todo el dinero que en la pequeña zapatería le pagaron por trabajar y cuando la despidieron se trasladó a otro pueblo más desarrollado económicamente en donde pudo obtener un mejor trabajo y con ello un sueldo más alto.

Cinco años más tarde…

— Señor Morotova, ya está todo listo para que podamos viajar a Los Ángeles, California, las otras empresas ya han confirmado su presencia también. —anunció su asistente personal.

— Excelente, vamos con todo para que ese proyecto de diseño y construcción de ese aeropuerto, sea nuestro. —Respondió, demostrando mucho positivismo.

Tomaron el vuelo que los llevará hasta el hotel en donde se está llevando a cabo la licitación para ver quien tiene mejores propuestas. 

Todos los que estarán allí son arquitectos muy reconocidos y los dueños de empresas confían mucho en su capacidad de convencimiento y adquisición.

Desde que llegaron y saludaron a todos los representantes, el empresario Brandon Morotova le ha echado el ojo a una bella chica de ojos verdes y cabello claro que le ha llamado mucho la atención por su peculiar parecido con la chica a la que muchos años atrás secuestró, pero que se le escapó.

Y para sorpresa de todos, esa dulce rubia fue la arquitecta que mejor estrategia y diseño le presentó a la terna del gobierno central para la construcción del aeropuerto.

— No puede ser posible que una pinche mujer nos haya ganado, hemos trabajado muy fuerte por muchos días para poder ganar esta licitación. —Se lamentó el señor Morotova.

— Pero es que en realidad el diseño que ella presentó fue magnífico, digno de ganar esa licitación.

— ¡Y ella también es una total belleza! —exclamó en voz baja con una sonrisa de lado.

— ¿Por qué no se acerca a ella para que la conquiste y con sus encantos la haga desistir de ese proyecto y se lo entregue a usted? Estoy seguro de que ella cederá.

— ¿Tú crees que así como se nota de inteligente esa arquitecta, la voy a poder envolver y lograr que ella suelte así de fácil eso? —¡Pues yo no lo creo!

— Inténtelo, señor, nada pierde con hacerlo. —¿Sabe? Esa chica se puso muy rara cuando lo vio entrar a usted jefe, es como si ya lo conociera y le tuvo miedo o quizá haya quedado sorprendida por su buen físico —¿Qué tal si ella se ha enamorado de usted a primera vista?

— No creo que sea eso, estoy seguro de que nunca antes nos habíamos visto con ella.

— Entonces, esta misma noche, usted vaya a la habitación de ella e intente convencerla de que renuncie a ese proyecto y se lo entregue a su empresa.

— Bien, has lo que tengas que hacer para conseguir su número de habitación, cuando lo logres me la envías por mensaje de texto.

∞ ∞ ∞

— ¿Mamá, que ha pasado? Parece como si has visto a un fantasma. —comentó uno de los niños que la recibe en la habitación. 

Ella ha entrado de prisa y agitada. ¡Y cómo no, si se ha topado cara a cara con el hombre que menos quiere ver en su vida!  

— No pasa nada hijo. —Más bien, les traigo una noticia a todos.

— Cuéntanos de que se trata.

— Me eligieron para el proyecto, eso quiere decir que ganaré muchísimo dinero en esta ocasión y por fin nos compraremos una casa para que allí vivamos los cinco.

— ¡Yeii, qué emoción! Nuestra madre es la mejor arquitecta del mundo. —Gritaron con emoción y la abrazaron para felicitarla.

— Bueno, pequeños, ¿qué les parece si ahora salimos a dar una vuelta a la ciudad para que celebremos a lo grande este logro?

— ¡Síii, yupiii! Vamos a conocer otra ciudad más, y todo gracias a la mejor mamá del mundo.

— Pero me tienen que hacer un poco de espera, porque me tengo que dar un baño primero. No, mejor dicho, todos nos vamos a dar un baño para que salgamos limpios y frescos.

— ¡Dios mío, qué nervios! No pensé que en este lugar me encontraría con el padre de mis hijos, ese desgraciado se la pasó observándome en casi toda la reunión. 

¿Y si me ha reconocido y decide raptarme de nuevo? —Noo, qué miedo, espero que eso no pase. Pero por más seguridad en el caso prefiero que nos regresemos hoy mismo a nuestra ciudad, es mentira que vamos a celebrar o a conocer parte de la ciudad.

El primero en salir de la habitación fue el hermanito de Valquiria, él ya está listo esperando en la pequeña sala de espera. Él tiene once años y ahora vive con su hermana mayor y sus pequeños sobrinos de cinco años.

Alguien llama a la puerta, él corre a abrir porque cree que es el servicio del hotel que viene a dejarles comida o algún tipo de aperitivo que su hermana Valquiria ha solicitado.

— Hola señor, ¿a quién busca? —Preguntó el chico, un poco decepcionado porque no es el servicio del hotel, sino que un hombre de buen parecer y trajeado.

— Soy el jefe de Ana, ¿ella se encuentra aquí? —Por favor dile que venga porque me urge hablar con ella. —Pidió en tono amable. —Valquiria Anabel Estrada, es el nombre de la chica, pero en esa reunión al ver que ese hombre estaba presente, ella se presentó como “Ana” con la intención de que él no recuerde su nombre.

— Aquí no hay ninguna persona con ese nombre señor, creo que usted se ha equivocado de habitación.

— No es posible, ella me dijo que esta es su habitación. —mintió, ya que fue su asistente el que investigó. — ¿Con quién estás aquí entonces? —preguntó confundido.

— Con mi hermana Valquiria.

— ¿Valquiria dijiste?

— Sí, ya ve que la persona a la que usted busca no es de aquí, así es que debería de irse.

— Perdona chaparro, ¿Qué apellido tiene tu hermana Valquiria? Es que hace unos años tuve una amiga y luego perdí toda comunicación con ella. Ahora que mencionas su nombre quiero saber si se trata de la misma chica. —Mintió Brandon. Él recuerda que aquella su alumna tímida que secuestró hace unos años, así se llamaba.

— Nuestro apellido es Estrada. —Respondió con desconfianza.

— Genial, esta es una buena noticia, estoy tan emocionado porque ella es la chica que yo tanto he deseado encontrar. —Por favor amiguito, puedes pedirle que venga para saludarla.

— Ahorita ella se está bañando, pero puede regresar en unos minutos más y la encontrará.

— Bien, regresaré entonces porque al parecer tú no me vas a permitir la entrada a la habitación.

— Está en lo cierto, por favor regrese luego.

El hermanito de Valquiria es un poco desconfiado y ese señor no le ha causado buena espina y por eso es que casi le cierra la puerta en la cara para que se fuera rápido.

— Escuché como si la puerta se cerró de golpe. ¿De dónde vienes? —reclamó la chica al pensar que su hermanito es quien acaba de entrar.

— Hermana, no me lo vas a creer, pero vino un hombre preguntando por una tal Ana, yo no le quise decir que tú te llamas así.

— ¡Qué! ¿Y cómo era ese hombre? —preguntó ella muy nerviosa. Y se asustó más cuando su hermanito le dio las características del hombre. Es necesario regresar de inmediato a su ciudad, ese hombre ya está tras sus pasos.

En otra habitación…

— Necesito que hables con los organizadores de esa licitación que se acaba de celebrar. —le ordenó Brandon Morotova a su asistente.

— ¿Y eso para qué, jefe?

— Diles que la empresa que ha ganado esa licitación es una empresa fantasma y que solo se dedica a robar el dinero de los proyectos que se le asignan. 

O pensándolo bien, no lo hagas, mejor dedícate a investigar quién es el dueño de esa empresa para la que esa chica trabaja y pídeles que me vendan esa empresa ahora mismo, de lo contrario amenázalos y diles que se arrepentirán en las próximas veinticuatro horas.

— No entiendo qué ha pasado para que usted tome esa decisión de adquirir una nueva empresa a la ligera.

— Me urge ser el director de esa empresa, me urge despedir a su arquitecta y hacer que no vuelva a ser contratada por el resto de su vida en ninguna de las industrias de la arquitectura, ni en ninguna otra rama del mundo de los negocios, ella no se merece tener un puesto de trabajo como el que ahora representa, ¡No lo merece, ahora ni nunca! 

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