CAPITULO 3

Valquiria ya está en el rancho junto a su padre y hermanito, ellos están muy contentos de verle y más porque ella les ha comentado que está de vacaciones y que regresará a la ciudad hasta el próximo año.

— Qué bueno que ya has regresado mi niña, desde hace días hemos estado tratando de comunicarnos contigo, pero ha sido imposible. —Comentó su padre, un señor de algunos cuarenta años de edad, pero parece de veinticinco con su aspecto de joven, fuerte y guapetón, como todo un granjero que cuida su figura.

— ¡Ay, papá! Qué pena con usted, pero no se imagina lo que me pasó. Me robaron mi celular y desde entonces me he quedado sin nada para comunicarme con ustedes, pero ahora ya estoy aquí y es lo más importante ¿o no?

— Claro que si hija. —¿Sabes?, estoy pensando en ampliar la venta de huevos de gallina y llevarlos hasta la ciudad. —¿Tú crees que esta sea una buena idea?

— Claro que sí, papá, es más, yo me quedaré este año que viene para ayudarles a ustedes, iré a la universidad hasta dentro de dos años. —ella desea que su padre le diga que sí.

— No, definitivamente me niego a que hagas eso, tú tienes que estudiar. —respondió su padre, la chica se siente muy triste porque ella a lo que le va huyendo es regresar la ciudad y que su malvado profesor la vuelva a secuestrar.

Los días van pasando y la chica no le ha comentado nada acerca de aquel problema a su padre, pero, su vientre ya ha comenzado a abultarse, es muy poco, pero ya se nota la diferencia a como es ella en realidad. Ahora sí, está completamente segura de que está embarazada de aquella bestia que solo la utilizó para su beneficio propio de él.

Mientras que el millonario Brandon Morotova, sigue con la búsqueda de la hija del hombre que le quitó la vida a su exesposa, no le ha bastado con haberla tenido encerrada por un lapso de dos meses, él quiere vengarse por completo y hacerla sufrir mucho más para que el padre sufra junto a ella.

Pero por más que la busque no la encuentra por ningún lado, su hermano le ha dicho que no recuerda el lugar exacto donde fue que sucedió el incidente, por lo tanto, no pueden ir a buscarlos a un lugar en específico porque no saben a ciencia cierta donde es.

Brandon le perdonó la vida y le dio un plazo de un año completo a la señora que cuidaba de Valquiria mientras estuvo encerrada, él le juró que si durante ese tiempo ella no la trae a sus pies, le quitará la vida a sangre fría. La señora ahora trabaja en un hospital público del país en el servicio de aseo, ella ruega encontrar a esa chica para así poder salvar su propia vida.

Ya han pasado varios meses desde que Valquiria regresó a su pueblo, su padre ya empieza a notar las diferencias físicas en el cuerpo de su pequeña hija. Al principio él se lo atribuyó al posible desarrollo que tuvo cuando estuvo en la ciudad debido al clima y a las comidas diferentes en aquellos lugares.

— Valquiria, yo te veo muy tranquila a vos con respecto a la universidad. ¿Cuándo es que te toca entrar? —preguntó su padre, pues ella no ha vuelto a tocar ese tema desde que llegó y les comentó que está de vacaciones.

— Papá, es que yo ya no quiero estudiar o al menos en esa misma universidad no.

— Recuerda que no te puedes cambiar porque la media beca que te has ganado la tienes exclusivamente para esa universidad, además tú sabes que tienes que aprovecharla porque el presupuesto económico no nos alcanza para pagar por completo otra universidad.

— Tiene razón, papá, me temo que tendré que volver a la misma. —Expresó con tristeza. —¿Y ahora cómo le hago? Mi padre no quiere que me quede sin estudiar y yo ni loca quiero volver a esa universidad donde también trabaja ese hombre. —comentó en su mente, ella está muy preocupada y se siente triste por estar mintiéndole a su padre en vez de decirle la verdad. 

— Valquiria, desde hace unos días te veo bastante gordita, ¿qué está pasando? — Y no me mientas al decir que es por la comida, porque te he estado vigilando y desde que regresaste comes muy poco.

—Papá, perdóneme, pero, estoy embarazada. —Confesó la chica de un solo golpe, haciendo que al hombre se le deslice de las manos su plato de comida y caiga al suelo echo pedazos, al igual que su corazón está en este momento con esa noticia. 

— ¡Qué! ¿Cómo te atreves a decirme eso Valquiria? —Te envié a que te prepararas para enfrentar la vida, no te mandé a que la vida te enfrentara a ti. —el hombre está muy decepcionado de su adorada hija, aquella que en el pueblo han tenido como un buen modelo a seguir. 

—Papá, déjame explicarte por favor, yo sé que me entenderás. 

—No, nada de explicaciones. Te me vas ahora mismo de este rancho, no quiero volver a verte por aquí, ni siquiera quiero conocer a tu hijo en el futuro.

— ¡Papá!

— ¡Vete ahora mismo!, ¿cómo crees que tu madre se siente en este momento con esa noticia?, te aseguro que ella está llorando en su tumba. —Nos has fallado Valquiria, le has faltado el respeto a nuestro prestigioso apellido. —¿Qué crees que dirán los vecinos si se enteran de que mi hija, la consentida, la que yo mantenía en un pedestal, salió a la ciudad en busca de superarse y regresó con un bastardo en su vientre? —Eres una vergüenza, lárgate de mi vista, tú no eres digna de llevar el apellido Estrada, por favor en el futuro no lo uses más.

— Si te importa más lo que digan nuestros vecinos en vez de escuchar mi explicación, eso significa que no me quieres papá. —La chica ahora llora, su padre la ha echado de su pequeña casa y ella no tiene a donde ir, por más súplicas que le hizo a su padre, él no le perdonó semejante traición. 

Ella se quedó en la cocina procesando todo lo que ha pasado en menos de un minuto, cuando menos acordó su padre volvió a aparecer y en su mano trae consigo la misma maleta que ella trajo cuando llegó días atrás.

—Toma, aquí están tus cosas, vete del rancho y no vuelvas nunca por aquí ni siquiera para ver a tu hermano menor. —ordenó su padre.

—Pero papá, usted sabe que yo no tengo a donde ir.

— Toma, aquí hay un par de dólares para que salgas del pueblo sin que nadie se entere de que estás embarazada. Ve a donde tú quieras y has lo que desees, de ahora en adelante olvídate de que tienes padre y hermano.

Con un nudo en la garganta y con su orgullo al cien, la chica tomó su pequeña maleta, más no el dinero que su padre le está entregando.

— Si me estás echando de casa y despreciando a mi hijo, ten en cuenta que no quiero nada de ti y mucho menos dinero.

La chica secó sus lágrimas, se dio la vuelta y se marchó de ese pueblo. En su corazón lleva un dolor muy grande por dejar atrás a su pequeño hermanito. Sin embargo, es consciente de que su padre tiene razón, ella le falló, él se sacrificó por ver en ella una mujer realizada y ella lo que hizo fue enamorarse y casarse con su profesor.

Con su pequeña maleta en mano, y ya casi oscureciendo, ella se asomó a una casa que parecía estar abandonada, habló por un rato y luego de algunos minutos salió una anciana que apenas podía mantenerse en pie.

— Oh, una hermosa jovencita. Dime que deseas muchacha, hace mucho tiempo que no recibo una visita tan agradable en mi choza, solo espero que no vengas a intentar robar porque entonces estás perdiendo el tiempo porque yo no tengo nada que te pueda servir. —Dijo la amable ancianita con una hermosa sonrisa mostrando sus encías ya sin dientes.

Valquiria le comentó que no es ninguna ladrona, por el momento solo es una indigente más que no tiene a donde ir porque la han echado de su casa. La ancianita también le comentó que ella desde hace muchos años quedó viuda y desde entonces ella vive en la soledad y se dedica a recoger botellas de plástico por las calles para luego ir a venderlas en los puestos de recolección y así genera el dinero suficiente para sus alimentos.

Valquiria le propuso que le dé techo donde vivir y que ella se encargará de encontrar un trabajo remunerado para costear todos los gastos y que ella ya no salga a la calle a peligrar. La anciana muy encantada aceptó y es así como vivió sus últimos dos meses de vida en completa felicidad al lado de la chica que una noche llegó a pedir posada y la alimentó durante el poco tiempo que su vejez avanzada le permitió vivir.

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