La fiesta comenzó alrededor de las nueve, y me encontraba bailando con Mia en medio de la sala. Estaba muy emocionada y todos le gritaban “¡Feliz cumpleaños!”. Nunca había tenido una fiesta tan grande como esa; siempre había querido pasar sus cumpleaños conmigo y, siendo yo la chica apartada que era, jamás asistía a fiestas numerosas.
Ahora tenía diecisiete años y estaba más que emocionada por la idea de poder encontrar a su compañero en un año. Creo que internamente deseaba que fuera Walker, pero era demasiado terca para admitirlo. Decía que solo se estaban divirtiendo, hasta que alguno de los dos encontrara a su compañero.
Ojalá pudiera entender realmente la importancia de un compañero. Ese amor que te hace sentir como si la otra persona fuera la pieza que le faltaba a tu alma. La seguridad infinita que viene con ello. Cuando lo pensaba, lo único que hacia era imaginar a Liam. Pero ahí estaba el problema: no podía ser lo mismo. Era extremadamente raro que un hombre-lobo tuviera a un