Mientras se encontraba de espaldas, buscando algo entre sus gavetas, me quité la camiseta empapada y la dejé caer a un lado. Liam se giró al escuchar el sonido húmedo del golpe en el suelo y me miró con los ojos muy abiertos. Dejó la ropa que tenía en las manos y empezó a caminar lentamente hacia mí.
No aparté la mirada en ningún momento.
Él se detuvo frente a mí, y antes de que pudiera decir algo, mis manos fueron a la parte trasera de mi espalda para soltar el broche del sujetador, dejándolo caer junto a la camiseta. Liam soltó una breve respiración entrecortada, pero no avanzó de inmediato para tocarme. Tragué saliva y, con manos algo temblorosas, desabroché el botón de mi pantalón. Lo bajé con calma, intentando mantener nuestros ojos fijos el uno en el otro. Cuando volví a erguirme, vi cómo recorría lentamente mi cuerpo con su mirada.
Se quitó su propia ropa y esta vez, cerró la distancia entre nosotros, rodeándome con sus brazos. Me besó con una intensidad que me dejó sin aire, l