Tres años después
“Dicen que el tiempo lo cura todo, lo sana todo y te hace asimilar las cosas pasadas, de forma que al ver el presente te sientas bendecido o resignado a tu realidad—pensaba Malak al ver el horizonte—Sobre la tumba de mi madre juré hacerle pagar por su desamor. Ahora, sobre la tumba de la señora Laila, presento a mí, hijo, y hago otro juramento”.
Las lágrimas corrían por sus mejillas, mientras apretaba el cuerpecito de su pequeño bebe contra ella, dejaba un ramo de rosas silvestres y muchos sinsabores en ese lugar.
—Si pudiera verlo, es varón, es perfecto y sé que si lo viera sentiría que todo lo que hizo por mí, valió la pena… Le prometo hacer de él un gran hombre y hacer pagar a Amed Ansar su desdicha final… Lo juro.
Bullá miraba a todos lados listos para cualquier problema que se presentase, entonces le apuró.
—¡Yalah!
—Nunca olvidaré a la mujer que cambió mi existencia.
Bullá la tomó del brazo y le dijo a l
¿Qué les pareció este capítulo? En verdad Malak sigue penando en Hanza, pero ahora desde otra óptica.