Magnate prohibido

Magnate prohibidoES

Romance
Última actualización: 2025-09-11
kely Liz  Recién actualizado
goodnovel18goodnovel
0
Reseñas insuficientes
9Capítulos
5leídos
Leer
Añadido
Resumen
Índice

Un hombre ruso de 42 años, cansado de una vida matrimonial monótona y de fracasos en inversiones previas, decide buscar una nueva oportunidad en el área del turismo. El magnate desea algún motivo para escapar de la rutina de un matrimonio que realizó hace veinte años por obligación para pagar una gran deuda al jefe de su padre y así garantizar la honestidad de sus progenitores. Él asiste a la expo feria turística en Moscú y tiempo después se embarca en un viaje de negocios hacia una hermosa isla del Caribe sin fecha de retorno. Por otro lado, ella es una joven de apenas 19 años quien se encuentra en una situación desesperada. Está embarazada de un bandido que ha fallecido hace pocos meses y con una deuda que pagar, a punto de ser desalojada del hogar que comparte con sus padres, su vida parece estar en un callejón sin salida. El magnate busca una nueva dirección en su vida y la joven enfrenta desafíos que la abruman. ¿Cómo se conocerán estas dos personas si sus mundos tan diferentes? ❝Eres la perdición que me arrastra hasta el infierno o el ángel que me aleja del abismo.❞ Serie. Destinadas. Libro 1 Prohibida la copia, uso comercial, o derivados de esta novela. © Número de registro Safe creative 2404187688477

Leer más

Capítulo 1

Capítulo 1: Un gran problema

━━━━━━━ ◈⸙◈━━━━━━━ 

Introducción

Salgo de mi hogar muy temprano para buscar un trabajo, pero horas después de búsquedas infructuosas me da un pequeño mareo al intentar sentarme en el banco de espera del autobús.

Algunas personas se acercan para ayudarme, y más tarde me dirijo al centro médico más cercano en un transporte público.

Una hora después, luego de hacerme análisis de sangre, estoy sentada frente al escritorio del médico de medicina general. Lo miro un poco nerviosa.

Escucho lo que él me dice cuando levanta su cabeza después de mirar el análisis y escribir una receta.

Lo que te sucede es muy sencillo, estás embarazada. Va a cumplir 14 semanas de embarazo, ósea más de 3 meses, según me dice que fue tu última regla.  Estas son las palabras tranquilas del médico sin imaginar el infierno que vivo y que ahora se intensifica más con esta noticia.

Gracias, doctor. Solo respondo y me levanto conmocionada, trastornada y asustada.

Cuídate, sigue mis instrucciones, y no falte a la próxima cita para ver el desarrollo del bebé. Adiós.

—Adiós. Así lo haré. —Sonrío falsamente al ver el rostro serio del médico, supongo que estará extrañado del porqué no salté de alegría al escuchar la noticia.

Salgo del consultorio, entonces me encamino por el pasillo del hospital, totalmente angustiada y afligida en gran manera.

Clamo ansiosa en mis pensamientos con gran aflicción porque ahora que no encuentro trabajo y estoy a punto de ser desalojada del hogar junto a mis padres también quede embarazada.

<<¿Qué haré ahora? ¡Dios mío, con tantas dificultades, nunca me pasó por mi mente que podía quedar embarazada de Antonio!>>

━━━━━━━ ◈⸙◈━━━━━━━ 

Es lunes, una mañana de septiembre 2016, son las 7:00 am, y otra vez estoy lista para salir a buscar algún trabajo.

Culmino de arreglar mi cabello negro ondulado delante de un viejo tocador, como todas nuestras pertenencias, ya que no podemos comprar nada más que para comer en este tiempo tan difícil para nosotros.

Algo me preocupa y es que el dueño de esta casa vino ayer a cobrar la deuda del mes anterior, entonces no dudo de que vuelva hoy antes de que me marche.

Él viene personalmente en vez de mandar a su abogado e intuyo que algo debe tramar y no es nada bueno.

Esto nos sucede porque, tiempo atrás, vendimos nuestra casa de madera para poder costear el tratamiento de mi padre, quien quedó paralítico por un accidente de tránsito hace un año. Él está pensionado, pero apenas el dinero alcanza para comprar su medicina y un poco de comida. <<¿Cómo llegamos a esta situación?>> Me pregunto mirando mi rostro en el espejo.

Mientras que mi madre limpiaba o lavaba ropas en algunas mansiones, pero ya está muy cansada y entrada en edad. Por lo tanto, ya no le permito que siga haciendo esto, además de que ella atiende sola a mi padre, quien está en silla de ruedas y también sostiene el hogar que compartimos cuando no estoy en casa.

Soy hija única, sin embargo, nuestra situación es penosa.

Tomo mi bolso y salgo de mi pequeña habitación con la esperanza de encontrar algún trabajo.

Voy hasta ellos para despedirme mientras mi madre nos sirve el desayuno en el pequeño comedor de cuatro sillas.

Muy animada, les doy los buenos días y enseguida prosigo a salir dando unos pasos hacia la puerta de salida.

¿No vas a desayunar, hija? indaga ella preocupada como siempre lo ha hecho.

No. Respondo con apuro encaminando mis pasos ágilmente hacia la pequeña sala.

Vamos, Susan. Come, aunque sea un poco. Me insiste con una sonrisa de amabilidad que la caracteriza, entonces detengo mi marcha y vuelvo hacia ellos. 

Está bien. expreso sin poder resistirme a lo rico que huele el pan y chocolate caliente. Me siento en el pequeño comedor para compartir con mis padres.

Mi madre Isabel es una persona muy servicial, ya no trabaja, pero se levanta temprano para cuidar muy bien de su familia.

Minutos después, culmino el desayuno, me despido de ellos y beso a mi padre en la frente mientras él me bendice con una sonrisa de ternura.

Salgo fuera a la acera de la calle, entonces viene a mi encuentro el dueño de esta casa, tal como lo pensé. 

—¿No pagarás? —Solo pregunta con rostro enojado sin siquiera saludar. Él es tan insistente e insensible a nuestra situación.

—Hola, señor Miguel. Le reitero lo que le dije ayer. Estoy en busca de un trabajo, por favor.

—Ya vivieron el depósito, no puedo darle más tiempo sin pagar.

—Se lo suplico, mi padre está enfermo y mi madre ya no puede sostener el hogar, solo yo puedo…

Él toma una postura tensa y frunce sus cejas, moviendo ambas manos bruscamente mientras me señala guitándome.

—¡Oye, oye, no me importa, solo que me pague mi dinero!

Le insisto implorando en que se apiade de nuestra situación.

—Por favor, solo un tiempo más y le prometo que hasta le pago la mora, pero ahora no tenemos lugar adonde ir, ni a nadie que nos ayude, estamos solos porque somos una familia corta. Solo tengo una prima y ella también ha tenido problemas.

Él mira a un lado, pues por más insensible que sea debe entender un poco tal situación.

Bueno, bueno, está bien, pero no dudaré en desalojarlos de aquí, si no pagas en un plazo de un mes. Responde con sus manos a cada lado de su cintura, con posición de rectitud y rostro de enojo.

Respiro con quietud al lograr calmar su carácter tan severo.

Gracias, haré lo imposible para tener un trabajo. Reafirmo respondiendo con gratitud y estando cabizbaja.

Ja. pronuncia mirándome con desprecio. Si no te hubieras metido con ese delincuente, tu vida no estaría dañada y con mala reputación.

Señor, usted sabe que yo no sabía nada. le respondo, aunque no tengo por qué dar explicaciones a este hombre. Él sabe solo lo que se rumorea por el barrio sobre mi matrimonio con Antonio.

Como sea, solo quiero que cumpla el mes que entra, porque si no los echaré de aquí sin contemplación. 

Él se retira con indiferencia, solo le interesa el dinero sin ninguna consideración hacia nosotros. 

—Adiós. —digo débilmente.  

Me marcho hacia la parada del bus con gran aflicción, triste y desconsolada.

Posteriormente, cuando he bajado del transporte, me dirijo y busco los trabajos que vi el día anterior en el periódico. Apunté algunos en lo que puedo trabajar, pero es infructuoso; muchos me dicen que ya están ocupados y otros ponen una cita de espera para cuando me llamen, ósea no hay seguridad. 

Más tarde, me detengo en una parada de autobús pensando si será conveniente regresar después de tantas horas buscando, pero al intentar sentarme me siento mareada.

Las personas que están esperando el bus me ayudan, entonces me envían en otro que me deja cercano al hospital. Ellos son muy amables e incluso se desmonta un hombre para dejarme en la acera de la calle.

Les doy las gracias, entonces camino hacia adentro del edificio.

Luego de esperar mi turno, me atienden amablemente, pero el doctor me da una noticia que me deja totalmente desconcertada y aturdida.

Minutos después, nuevamente estoy en la calle esperando por el transporte público para ir a mi casa. 

Tomo el bus otra vez, entonces subo junto a más personas y me siento, pero estoy ida, así como sonámbula, este ha sido el peor de los días.

Por lo menos el dueño de la casa donde vivimos mis padres y yo me ha dado un plazo de un mes más para pagar el alquiler, aunque de malas ganas, pero lo hizo.

Mientras, el vehículo recorre el camino a casa, una turba de pensamientos me invaden, volviendo a recordar al hombre que ingenuamente amé sin saber en la mala vida que estaba metido.

Lo conocí el año anterior en el barrio que me críe, nos enamoramos cuando él regresó de los Estados Unidos y sinceramente, era caballeroso conmigo, pero me ocultó su doble vida.

Sé que lo hizo para que no sufriera ni me hicieran daño, fue su forma de protegerme, manteniéndome al margen de esa otra vida que llevaba. 

 Antonio López, se llamaba y fue mi primer amor.

A casi una hora, llego a mi hogar, pero no puedo disimular mi aflicción.

Al entrar por la puerta sin ánimos de caminar siquiera, me tumbo al viejo mueble que yace en la sala.

Mi madre aparece enseguida, cuando me ha escuchado llegar.

—¿Qué sucedió mi amor? ¿No encontraste algún trabajo?

—No, pero ese no es el problema. —Respondo con desánimo.

—Mi cielo, entonces… ¿Cuál es? —Indaga ella con insistencia mientras sostiene un cucharón y permanece de pie, porque ya está preparando algo para almorzar que por cierto huele rico.

Me incorporo hacia delante en el asiento, acoplo mis manos, entonces la miro cuando recobro las fuerzas. 

—Sucede que me dio un mareo en la calle, me ayudaron algunas personas, entonces me dirigí a un hospital…

—¡Sigue hablando, no te quedes callada! —Exclama mi madre con angustia.

—El doctor leyó el análisis de sangre y… —Miro a un lado llena de pesar. —estoy embarazada.

Ella lleva su mano a la frente con agobio.

Bien, pero era de esperarse, no, después que estuviste casada con ese mal hombre.

¡Mamá! clamo sabiendo que no es esa la realidad. No fue malo conmigo, solo se equivocó en la manera de obtener el dinero.

Bien, como sea. —Responde ella con prontitud y toma uno de la silla de plástico—. Ven a la cocina y seguimos conversando.

Me levanto como puedo y la sigo detrás, mientras mi madre se mueve con agilidad. 

Está bien, pero después que almorcemos me voy a tumbar un rato en la cama. Comento débilmente.

Por supuesto, ahora tienes que descansar y alimentarte bien. Reafirma mi madre dejando el asiento en la cocina a lado de la pared al entrar. 

Me siento en la silla que ella ha cotejado en una esquina mientras va a culminar de hacer la comida, volviendo a ocuparse de los calderos que están en la estufa. 

Antonio no era mala persona, él se metió con gente que no tiene piedad para conseguir lo que quieren. Le comento y prosigo a hablar sobre el tema, siendo esta una conversación que nunca tuvimos—.  Te contaré lo que realmente sucedió, mamá. Cuando trajeron su cuerpo inerte desde los Estados Unidos me quería morir porque lo amaba demasiado. Luego, en pleno duelo del funeral, personas vestidas muy elegantes que no conocía, me llevaron a un salón apartado de todas su familia para hablar conmigo a solas, o más bien me reclamaron por un dinero que mi esposo le debía. Después de un largo tiempo interrogándome y darse cuenta de que no tenía la menor idea de la vida que él llevaba; uno de ellos exclamó. El muy imbécil nunca le dijo nada, pero todos los bienes que él tiene nos pertenecen, sabes. Proseguí a contestar muy asustada: Está bien, no hay problema. Mientras uno de esos hombres rudos me acorralaba en la pared, mirándome con fuego en sus ojos como si quisiera

devorarme. Sé que él tenía otras intenciones, pero el otro hombre le dijo que debían marcharse, pero seguía mirándome mientras se iba con los otros. Cuando vi que entraron al auto y se alejaron mi aliento volvió.  

Mi madre deja a un lado los utensilios de cocina y cruza sus brazos delante de mí con gran consternación. 

¡Ay, Dios mío, no puede ser! ¿Cómo no te diste cuenta?

Porque esos negocios ilícitos con sustancias ilegales, él los hacía solo cuando viajaba allá. Cuando me di cuenta de que esas personas son peligrosas, solo recogí mis cosas y volví a vivir con ustedes, dejando ese hermoso hogar y todos sus lujos al que ellos se apropiaron. 

Ok. Solo responde aún vacilante con todo lo que le he dicho.

Ya ves, que Antonio no me dejó sin nada, es que yo no podía ni puedo pelear contra esa gente. Refuto.

Ella vuelve a atender la comida mientras sigue conversando estando de espalda a mí.

Hija, hiciste lo mejor, imagínate que hubieran querido llevarte con ellos también  

¡Válgame Dios! ¡No diga una cosa así, mamá! Exclamo con horror, porque recuerdo los ojos enrojecidos de ese hombre y como me amenazaba. 

Ella voltea hacia mí sacudiendo levemente sus manos.

—Ya está la comida. Dice luego pone cara de rememorar algo. Tu prima Paola se muda con nosotros, no te lo había dicho porque la noticia que me has dado antes, me hizo olvidarlo.

¿Qué sucedió? Inmediatamente indago con preocupación sobre esta repentina noticia.

No lo sé, cuando ella llegue nos lo dirá y la verdad me da gusto que venga a vivir con nosotros, ya que me mortificaba que estuviera sosteniéndose sola.

Mi madre prosigue a coger los platos, entonces me levanto para ayudarle mientras seguimos conversando.

—Mamá. Ella vive o vivía mejor dicho cerca de nosotros y todos los días tú la visitabas.

A pesar de eso me mortificaba por ella, desde que mi hermana falleció.

Menciona ella cuando nos hemos desplazado y ya estamos organizando los utensilios en la mesa del comedor.

¡Qué mala racha la de nuestra familia, hace dos meses murió mi esposo y al siguiente mes mi tía Inés! Me paralizo un momento y clamo lamentando la situación de pérdidas de nuestros parientes tiempo atrás.

Ella me toca el hombro, y me mima con ternura.

Ya deja de pensar en eso y come porque debe alimentar al bebé. Buscaré a tu padre porque se enfriará la comida si seguimos conversando.

Más tarde, almorzamos tranquilos y en paz, una razón es que el dueño de esta casa nos ha dado un plazo de un mes y la otra es que mi prima Paola vendrá a vivir con nosotros.

La esperamos en unas horas, llegará al caer la tarde, eso le dijo ella a mi madre.

Horas después, escucho que ha llegado Paola mientras descanso en mi habitación.

Ella pregunta por mí y conversa con mi madre, pero no siento fuerza y apenas me levanto de la cama para ir con ellas hasta la sala. Camino a duras penas. 

Al acercarme me postro frente a ellas, nos saludamos y luego me siento al lado de mi prima, quien me abraza enseguida. 

Paola me mira con persistencia, entonces me indaga intuyendo que algo anda mal conmigo.

¿Qué te sucede? Está muy decaída, Susan, y me preocupa.

Ah. No te preocupes, estuve buscando trabajo hoy, entonces me dio un mareo en la calle, luego cuando fui al médico recibí la noticia de que estoy embarazada. le suelto todo esto de repente y sin titubear.

¡Que! Clama maravillada y exaltada, entonces toma mis manos. No bromees. 

—No bromeo, así es, Paola. Ratifico mientras estrujo mis manos en mi rostro, sintiéndome agobiada.

¿Por qué no me llamaste? Pregunta regañándome. 

No he podido con tantos problemas, además no queremos molestarte, sabiendo que también tienes tus dificultades, pero tú, ¿por qué viniste así de repente?

Dicho esto e indagando sobre porque ha venido a vivir con nosotros tan repentinamente, ella suelta mis manos y se tumba hacia atrás del viejo sofá. Miro su cara que ha cambiado y está desanimada.  

Quedé llena de deudas por la enfermedad de mi madre cuando estuvo hospitalizada, entonces para saldarla, recientemente vendí la casa. Estas cosas que traje es lo que queda y el dinero que ahorro para viajar e ir con mi abuelo a Rusia. Comenta Paola con aflicción al recordar esos tumultuosos momentos. A veces ni siquiera podíamos darnos consuelo mutuo, porque todos estábamos pasando por situaciones difíciles, casi al mismo tiempo.

Mi madre le habla agobiada, quien está sentada desde el sofá frente a nosotras. 

‘Hija’, tampoco me dijiste nada sobre esto.

No, tía, no quería preocuparte más de lo que está con tu esposo en sillas de ruedas. También ustedes vendieron su hogar por el accidente que tuvo, pero al menos él está bien. Paola prosigue a hablar con tristeza. Yo hice lo que pude por mi madre y ya no está conmigo.

Lo sé, no te ponga triste sobrina. —Responde mi madre, luego emana gran aflicción con su alma abatida—. Qué desgracias la nuestras, parece que estamos destinados a los mismos males.

No digas eso tía, son cosas que suceden.

Sí, mamá. También le respondo resignada.

Paola nos mira y sonríe, seguro que es para animar el momento tan lúgubre.

Por cierto, ya quiero ver a mi ‘tío’, Fernando.

Enseguida mi mamá se levanta deprisa.

—Oh, sí, ya es hora, iré a dar su medicamento, luego lo traeré hacia acá. Ya debe estar cansado de estar en la cama.

Mi madre se marcha para encargarse de mi padre, mientras Paola y yo quedamos conversando más animadas sobre la inesperada noticia de mi embarazo. 

Posteriormente, nos dirigimos a la habitación que está disponible, para que Paola acomode sus cosas. Luego le ayudo. 

Más adelante, todos cenamos y ella conversa con mi padre con mucho cariño. Él se contenta porque la quiere igual que a mí, como un padre, y está emocionado de tenerla en nuestro hogar al igual que mi madre y yo.

‘Hija’, me alegro mucho, me había preocupado por ti, incluso le decía a Isabel que era bueno que viniera a vivir con nosotros para que no estuviera sola, pero se ha concedido y bendito sea Dios.

Paola toca su espalda mostrando su afecto hacia él.

Tranquilo, tío querido, todo sucede por algo, ahora estoy con ustedes y es lo que importa.

Seguimos compartiendo en total armonía, y alegres por tener a mi prima con nosotros. 

Desplegar
Siguiente Capítulo
Descargar

Último capítulo

Más Capítulos

También te gustarán

Novelas relacionadas

Nuevas novelas de lanzamiento

Último capítulo

No hay comentarios
9 chapters
Capítulo 1: Un gran problema
Capítulo 2: Gran apoyo de mi prima
Capítulo 3: Él visita una feria turística
Capitulo 4: Viaje e inaguracion
Capítulo 5: Alegría y nube gris
Capítulo 5: Pequeño inconveniente en la empresa
Capítulo 6: Poner las cosas claras
Capítulo 7: Resignación
Capítulo 8: Llegada de mi esposa
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP