Salgo de la universidad camino al lugar en donde nos espera el transporte, son las 9:00 pm, estoy cansada, solo quiero llegar a casa y poder acostarme.
—Estoy saliendo de mi clase de Fisiología—texteo en el chat con Andrew. —Cuídate mucho—contesta. Desde nuestra cita hemos estado hablando mucho, sin embargo, no mencionamos nada sobre el beso interrumpido, y no me ha pedido ser su novia, pero sospecho que eso podría suceder pronto. Guardo el celular en mi cartera y me dispongo a agilizar el paso ya que estoy en una zona solitaria de la universidad. Mis padres siempre sugieren que no tome clases de noche, sin embargo, aveces las secciones están limitadas, se llenan de una vez y me toca inscribir lo que haya, quiera o no, y fisiología es una materia muy importante, por lo que decidí seleccionarla sin importar el horario. Siento que estoy en el mejor momento de mi vida, estoy tranquila, cursando una carrera que me gusta, tengo el apoyo de mis padres, estoy conociendo más a Andrew, tengo una increíble mejor amiga, y sobretodo, estoy en paz. Continúo mi camino hacia el parqueo, me detengo unos segundos para que pase una jeepeta negra así poder cruzar la calle, sin embargo, esta nunca avanza al contrario, se para a mi lado, lo que hace que se encienda mi sentido de alerta, me dispongo a seguir caminando y pasarle por detrás, pero del otro lado se baja un hombre alto y musculoso quien me toma bruscamente de un brazo. —¡AUXILIO!—empiezo a gritar en busca de ayuda. Pero no hay nadie en el lugar, el comedor está apagado y solitario, al igual que los parquesitos y cafeterías. ¡No hay nadie! El hombre asegura su agarre con una mano y con la otra tapa mi boca y me adentra en el vehículo forcejeando. En este momento solo puedo pensar en dos cosas: 1-Cómo salir de esto. 2-En las veces que mis padres me aconsejaron no seleccionar materias de noche. ¡Yo no puedo morir así! Trato de zafarme, lo muerdo, pataleo, lucho, pero todo esto es en vano, el hombre es muy grande y fuerte. Es cuestión de segundos para sentir un pinchazo en mi brazo izquierdo, la tercera persona en el vehículo me acaba de inyectar, me desespero aún más sabiendo lo que viene, me dormiré, es posible que me haya inyectado un anestésico. Trato de observarlo, está tranquilo, no parece que acaba de entrar esa sustancia en mi cuerpo. ¡Estará acostumbrado! —Tranquila...—murmura él, como si eso pudiera apagar el pánico que recorre todo mi cuerpo. Todo empieza a dar vueltas ligeramente, y mis piernas flojas, párpados cansados, sudor frío recorriendo mi cuello, solo confirman mi teoría. Me inyectaron un anestésico. —¿Por qué me hacen esto?—quiero gritar, pero mi voz sale arrastrada creando un murmullo in entendible. Ellos me sostienen con cuidado como si yo fuera una muñeca valiosa que no pueden dejar caer. Todo se empieza a volver borroso, siento un zumbido en mi oído izquierdo, y antes de poder rendirme y dejarme llevar por el cansancio que me invade, escucho: —Con esto dormirá entre 4-6 horas. —Con eso será suficiente para sacarla del país—responde el hombre con el que forcejeé—Todo listo jefe, la tenemos, nos vemos en media hora en la mansión.—parece estar hablando por teléfono. Punto de vista del secuestrador: 1 día antes del secuestro. El jefe siempre ha sido una persona muy interesante y extraña, es por esto que no me sorprendió cuando me pidió que secuestráramos a esa chica con la que se obsesionó hace un mes. AC para mí es como un hermano, mi padre era el jefe de seguridad de la mansión familiar en Italia por lo que nos conocemos desde pequeños, soy la persona a la que más confianza le tiene y quien conoce sus más oscuros secretos. Cuando mi papá falleció yo tomé su lugar en la mansión. Estoy convencido de que nada de esto está bien, pero él paga y yo ejecuto. En estos momentos me encuentro en la habitación de la chica que he estado siguiendo estas últimas semanas en busca de su pasaporte y varias cosas personales, ya que AC planea sacarla del país mañana mismo. Lo único que me emociona además del dinero, es el hecho de que regresaremos a Italia, extraño a mi familia. Termino de recolectar todo en la habitación de la chica y salgo por la ventana de la cocina, por donde alguna vez la vi entrar, al parecer es costumbre para ellos dejar esa ventana abierta en caso de emergencia. ¡Pobre chica! Mi padre no aprobaría esto, admito que me desconozco, él siempre veló por la seguridad de la familia Castellani, hoy ayudo a AC a secuestrar una persona. —¡Será la última y primera vez!—trato de convencerme. No está bien, no me siento bien, pero las cosas podrían empeorar si me rehuso a hacerlo yo. AC es incontenible, es impulsivo, todo lo que se propone lo logra, así tenga que hacerlo con sus propias manos, y esta no sería la excepción. No creo que la ame, aunque se empeñe en decir que si, más bien es una obsesión, es posesivo, la vió con otro, ahora la quiere con él, quiere que le pertenezca, la pregunta es: ¿ella sería capaz de vivir por y para él? Según lo que he conocido de ella, es una chica muy inteligente y difícil de controlar, es madura y tiene un carácter fuerte. Esto podría terminar muy mal.