24- PADRE SOLTERO. Liberar el corazón.
Ana se giró dándole la espalda a Maxwell y bajó los pies de la cama sentándose en el borde. El hombre hizo lo mismo y se sentó a su lado contemplado la argolla de matrimonio que ella le había entregado.
— No pensaba decírtelo — le comentó ella — se supone que yo me iría.
— ¿Ya no lo harás? — le preguntó él con un tono esperanzado y Ana lo miró a los ojos.
— Cuando me escuches, sabrás por qué quiero irme — él miró de nuevo el anillo.
— Estás casada — murmuró Maxwell muy bajito, como si así no fuera real y Ana pasó saliva.
— Separada — afirmó — los papeles de divorcio ya están con él, pero no los va a firmar, no lo hará por que está obsesionado con tenerme como su propiedad — Maxwell la miró esta vez con genuina curiosidad y Ana se puso de pie y caminó por la habitación — su nombre es Albán, es policía, uno que tiene muchas influencias y poder, no me preguntes como consiguió tanto poder, pero…
»— Lo conocí el pueblo donde nací, mamá me insistió mucho en que era un buen hombre y yo lo qu