3.

El día estaba gris, con esos matices en escala, que mostraban unas nubes en lo mas alto cargadas de lluvia. Eva se había quedado un poco más tranquila con lo dicho por la doctora, estaba ansiosa por su llegada. Aunque ella presentía que había algo extraño en su caso. Ignorando esos pensamientos negativos, continuo su proceso, cada día más enamorada de su enorme barriga, sentir las patadas de su bebé llenaban el vacío corazón de Eva. En cada control prenatal, sentía un poco roto su corazón, al no tener un padre que ofrecerle a su hijo.

Eva estaba segura de que seria una excelente madre, para que su hijo nunca le preguntase por su padre. El tiempo había pasado tan rápido como una ráfaga de aire, como un rayo en una tormenta. Eva contaba los días restantes para finalmente recibir a su bebé y cargarlo en brazos. Pensaba una y otra vez en que nombre seria digno de él. Eva estaba en una reunión por zoom con sus socios, cuando sintió como algo le corría por sus piernas, se sentía mojada y un dolor indescriptible se le posiciono en la parte baja de su vientre.

Eva dio un grito desgarrador llamando la atención de su madre, quien se encuentra tomando el té con una amiga de toda su vida. Inmediatamente llama al chofer y se llevan a Eva a la clínica, la doctora de confianza de la familia Volturi, atiende a Eva quien ya se encuentra en proceso de parto. Horas después, el llanto del heredero Volturi llena los oídos de su madre, quien lo recibe con llanto en sus ojos. Después de tanta espera, finalmente lo tenía en sus brazos, escuchaba su llanto y veía su particular belleza.

Eva se encuentra sorprendida de que su bebé tuviera los cabellos claros, sonreía sin poder evitarlo, era como el amor a primera vista. Y entonces cuando su bebé abre los ojos y la observa con detenimiento. Eva se asusta, su hijo tenía los mismos ojos de aquel extraño del bar de Londres. Sus ojos eran como dos piedras de ámbar, amarillos, casi verdes. Eva mece a su bebe en sus brazos, sin poder apartarle la vista. ¿Era real? ¿Acaso alucinaba? ¿Qué significa aquello?

Los padres de Eva entran a la habitación, luego de que la doctora les autorizara, conocen a su nieto y no pueden estar mas contentos. Su nieto era tan atractivo como la madre, pero amaban que tuviera ese particular color de ojos, tan diferente y misterioso. Eva no quería comentarles sobre su confusión, ni lo del extraño del bar. Ella estaba segura que solo era una mala pasada del destino…

Por otra parte, en Londres. Liam estaba desesperado, había ido tras las mujeres que también habían sido inseminadas en el mismo día que Verónica, pero sin éxito, ninguno de los bebes había nacido aun por lo que no eran su heredero. ¿Entonces donde estaba? La clínica solo le había dado un nombre, pero no tenia mayor información. ¿Cómo encontraría a su heredero legitimo?  Su beta, simón. Estaba al frente de la búsqueda.

Sin éxito alguno, se esforzaba el doble, sentía que estaba defraudando a su Alpha. Había enviado a unos cuantos lobos rastreadores tras el olor de su alfa, quizá así llegarían hasta el gran heredero. Liam estaba enloqueciendo, había echado a Verónica de la mansión, con la condición de que le perdonaría sus padres la gran deuda con tal que ella desapareciera del radar del Alpha. Él nunca la había querido y solo le estorbaba, no fue capaz de darle un heredero y eso no podría perdonárselo jamás.

Liam estaba contra el reloj, su abuelo había sido muy claro, sin heredero no había herencia. Y él la necesitaba pues las deudas de la manada seguían aumentando y nadie lo sabía, era su más profundo secreto. Estaba pasando por una era oscura, donde las deudas lo sobrepasaban, hacia todo lo posible por mantener la tranquilidad y normalidad en su manada, no quería elevar el lío en el que se encontraban. Suspirando y con cansancio, Liam bebió un vaso entero de ron, el alcohol no le afectaba, era parte de su lobo.

Simón entra al despacho del Alpha, al verlo tan desesperado y preocupado, decide darle una falsa esperanza. Diciéndole que uno de los lobos rastreadores tenía una pista, Liam estalla de felicidad y le dice que apenas sepa algo contundente le notifique. Simón al ser el hombre de confianza del Alpha, sabia la situación de la manada, pero era discreto, su lealtad sobrepasaba cualquier cosa, era capaz de dar la vida por Liam. Se fue al encuentro de uno de los demás lobos y le dio una orden clara.

Tenían que hacer lo que fuera necesario para encontrar el paradero de la ultima mujer que fue inseminada, su nombre era Eva Volturi. Después de dar esta orden a unos betas de la manada, estos se fueron contra la clínica y usando la fuerza bruta, lograron que la doctora directora rompiera su código de anonimato y les facilito la información.

Los meses continuaron pasando y de la misma manera que fue en la gestación, el bebé que ahora posee nombre, Lucca Volturi. Crecía con rapidez, con tan solo ocho meses, ya podía caminar sorprendiendo a toda la familia y amigos de los Volturi. Además de poseer dientes y con una gran particularidad, sus colmillos eran los que se encuentran mas desarrollados y afilados. También sus uñas parecían garras de lo fuertes que son y como si todo pudiera ser mas extraño, Lucca amaba la luna llena. Era como si activase una especie de energía en él.

Eva estaba tan preocupada por la condición de su pequeño hijo que decide viajar a Londres nuevamente. Necesitaba revisar de nuevo el historial medico del donante de espermas. A lo mejor tenía alguna anomalía y no se percató al momento de elegirlo. Le pide a su guardaespaldas que aliste el jet, mientras ella le encarga a las niñeras y a sus padres a su bebé. Le pide que la mantengan al tanto de cualquier detalle, por más mínimo que pudiese ser. 

Eva parte nuevamente a Londres, al arribar en la ciudad, siente un aire distinto. Sonríe al llegar a la clínica y notar que meses atrás vino por su bebé y ahora lo tiene en brazos. Claro que su particularidad la mantiene inquieta y muy intranquila. ¿Acaso es de gravedad lo que padece su bebé? Entra con seguridad hasta el lugar, le pide a la recepcionista hablar con la doctora que llevó su caso y al hacerlo, la doctora se sorprende de verla nuevamente.

—Señora Volturi. Que sorpresa tenerla por aquí. ¿Qué ocurre? ¿Acaso usted perdió a su…? —inquiere sorprendida la doctora al verla sin su bebe en el vientre. Eva niega y le da una sonrisa.

—No, ya tiene ocho meses de hecho…—alarga Eva con un poco de inseguridad, la doctora no evita mostrarle su evidente sorpresa.

—¿Cómo? Pero si no ha pasado tanto tiempo como para eso…—inquiere confundida y muy sorprendida.

—Por eso me encuentro aquí. Quiero revisar a detalle el expediente medico del donador. —indica Eva. La doctora la mira todavía mas confundida. —, mi hijo no es normal, doctora… se gestó en menos tiempo de lo usual, tiene un comportamiento raro en luna llena y ni hablar que a su corta edad ya puede caminar, tiene dientes, colmillos y garras…

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo