4.

Verónica acariciaba su abultado vientre, mientras lagrimas saladas corrían por sus mejillas. Liam estaba desesperado buscando a su heredero, mientras ella aceptaba que su hijo no sería un lobo, sino un humano. ¿Cómo era posible que la diosa luna la maldijera de aquella forma? Sus padres se habían enterado de la noticia y estaban más que decepcionados. Era una desgracia andante, pero ella seguía firme, continuaría con su embarazo.

Simón sonreía grande, pues sus omegas habían encontrado finalmente al hijo de su Alpha. Con orgullo entra al despacho de Liam, quien se encontraba bebiendo una copa de whisky, mientras pensaba que hacer con verónica, era claro que ya no le servía y no pensaba casarse con ella, rompería el compromiso y dejaría libre a esa familia de cualquier deuda pendiente con tal de deshacerse por completo de Verónica y sus interesados padres.  

—Lo hemos encontrado, señor. —anuncia Simón, mientras se posiciona delante de Liam, quien no puede contener su emoción y aúlla, le aprieta el hombro con agradecimiento a su beta y le pide los detalles. —, se encuentra en Paris, señor, ya mandé a preparar su jet.

—Perfecto, Simón. Muchas gracias, salimos en media hora. —le notifica y este asiente con orgullo.

Liam sentía acelerado su corazón, le palpitaba con emoción y desbocado, después de tantos meses al fin había un rastro, estaba seguro de que podría convencer a la madre de la criatura y traer a su heredero a donde pertenecía, a su verdadero hogar, su manada. La sonrisa imborrable que tenia Liam, capto la atención inmediata de Verónica. Quien se limpio su rostro y quiso saber a que se debía tanta felicidad por parte de su Alpha.

 —¿Por qué tan feliz? —inquiere ella, mientras él borra su sonrisa al observarla.

—Creí haberte dado una orden, recoge tus cosas y vuelve con tus padres, Verónica. —dictamino con fuerza y seguridad, ella rompe en llanto, odiaba que él fuese tan duro con ella. Asiente en silencio y se retira de su presencia.

Liam bufa por lo bajo y niega para si mismo. ¿Qué había pasado por su cabeza cuando decidió aceptarla como esposa? Eso no tuvo que haber sucedido nunca, pensaba el Alpha. Después de revisar algunos pendientes, Liam sale de su mansión y se embarca a la pista de aterrizaje, donde ya lo esperan su beta y algunos omegas. Aborda el jet y siente como todo el peso de sus hombros desaparece, esta a un paso de conseguir a su heredero y asimismo lo que lograría salvar a su gente, su herencia familiar pagaría cada deuda de la manada con los del clan.

Mientras tanto, Eva enloquece al leer detalladamente el historial médico de su donador de espermas. Aparentemente todo esta en orden, es un hombre sano, no tiene enfermedad alguna, cero anomalías. ¿Entonces que le sucedía su pequeño hijo? La doctora le dijo que a lo mejor su familia podría ser la culpable, Eva enfureció por la suposición de aquella mujer insensata que se atrevía a decir tal cosa de la familia Volturi. Sin conseguir las respuestas que buscaba, Eva se marcho decepcionada y muy congestionada. ¿Cómo explicaría entonces el estado de su hijo? Suspirando sube a su jet privado y regresa a su amada ciudad, Paris.

Liam arriba a la aclamada ciudad del amor, lo cual le causa un profundo desagrado, pues él durante años quiso encontrar a su mate y no tuvo éxito. ¿Acaso por ser cruel no merecía ser amado? Era lo que pensaba y creía, el Alpha era un lobo solitario, no le gustaba involucrar en su vida a ninguna persona, sentía que su fortaleza provenía justamente de ahí, de no sentir debilidad por otra persona que no fuera el mismo.       

Simón siguió el rastro que tenia del heredero de su Alpha, guiándolos hasta la gran urbanización de la ciudad, donde solo vivían las personas más influyentes y ricas, entre ellas por supuesto los Volturi. Liam estaba sorprendido, al menos se sentía tranquilo, pues su hijo no estaba nada mal en brazos de su madre. Tomando el valor suficiente, se acerca a la enorme verja dorada donde mas de cuatro hombres hacían guardia. No tenía idea de que la madre de su hijo era tan importante como para necesitar un escuadrón de seguridad tan potente.

—¿Quién es? ¿Qué desea? —inquiere uno de los guardias, apenas observa a Liam acercarse.

—Buendía, soy Liam Evans. Según la clínica de Londres, aquí vive la madre de mi hijo, Evangeline Volturi. —responde el Alpha, mientras se acomoda el cuello de su camisa con orgullo. —, quiero conocer a mi hijo.

—Espere un momento, lo anunciaremos. —responde el guardia, Liam asiente y los nervios lo invaden. ¿Cómo reaccionaría su hijo al verlo? ¿Acaso podría sentir que él es su padre?        

Luego de unos minutos que fueron eternos para Liam, le permiten acceder, pero solo, dejando a su beta y omegas fuera del recinto. Respira profundo y camina seguido de los guardias hasta la entrada de la gran mansión. Liam esta sorprendido del poder adquisitivo y economía que manejaba la madre de su hijo. Al llegar al gran salón, la madre de Eva es quien lo recibe, Liam traga saliva al creer que la madre de su hijo es una mujer mayor.

—Buenos días. ¿Es usted quien dice ser el padre de mi nieto? —inquiere la mujer, Liam asiente y relaja su cuerpo al escuchar que no es ella la madre, sino la abuela. —, ¿Cómo nos encontró? La clínica tiene códigos de anonimato.

—Tengo mis métodos, solo deseo conocer a mi heredero. —responde con educación, pero tajante el Alpha. La mujer se sorprende, no puede creerlo, ¿Cómo le explicaría a Eva que el padre de su hijo apareció en el umbral de la puerta de su casa?   

—Me temo que no será posible sin la presencia de mi hija, ya que ella es la madre. —responde autoritaria, defendiendo a su nieto.

—Y me temo que yo al ser el padre, tengo el mismo derecho. —responde con seriedad, Liam. La madre de Eva esta por responderle, pero se ve interrumpida por la recién llegada de Eva. Quien se sorprende aun mas al ver a un extraño.

La servidumbre recibe el equipaje de Eva, mientras esta se quita el abrigo y observa la escena, cuando Liam se gira hacia ella, Eva se paraliza, era él, el extraño del bar de Londres, piel dorada, ojos amarillos… como los de su bebé… tragando saliva y con mucho nerviosismo, Eva camina hasta el encuentro de los presentes.

Liam se paraliza sobre su postura, el olor lo enloquece y tiene que luchar contra su lobo interno. Y eso solo significaba una cosa… la mujer presente que acababa de llegar, era su mate. Estaba sorprendido, asustado y no podía creer que la diosa luna haya obrado a su favor, ¿acaso ella misma había causado la equivocación de muestras de espermas? ¿Así era como unía a su alma gemela a él? Estaba mudo, no podía emitir palabra alguna, los nervios lo carcomían, después de tantos años, ahora la tenia frente a él, su mate, su luna, el amor de su vida, era también la madre de su hijo… ¿Podía ser mas afortunado?

—Hola madre. —saluda con un beso en la mejilla a su madre. —, ¿Quién es tu invitado? —inquiere pareciendo formal.

—No es mi invitado, él es…—estaba por responderle, pero Liam se adelantó, intentando sonar tranquilo.

—Soy Liam Evans, el padre de tu hijo. —responde y Eva siente desfallecer sus piernas. Abre mucho los ojos y lo mira confundida.

—¿Cómo nos encontraste? Creí que la clínica manejaba el anonimato. No entiendo tu presencia en mi casa, fuiste mi donador. Lo que no te convierte en el padre…—ataca Eva, eleva su mentón y lo mira retadora. Sintiéndose atacada, pues él parecía saber todo de ella, mientras ella solo conocía su nombre. ¿Qué quería? ¿Acaso venia por su hijo?

Liam toma el valor suficiente de hablar con claridad, acallando a su lobo que le suplica que se acerque a ella. Y le explica la confusión que ocurrió y como sus espermas acabaron en ella y no en la que era su prometida. Eva siente que se desmayara en cualquier momento, pues bien, sabía que algo no era normal. Liam no podía evitar sonreír, finalmente había encontrado a su heredero y al mismo tiempo a su otra mitad.

Lucca apareció caminando con normalidad, se abalanza sobre Liam y lo mira con dulzura, robándole inmediatamente el corazón a su padre, quien en su pecho no podía contener más la alegría y felicidad que sentía, en el mismo día había encontrado lo más importante para él, a su hijo y a su mate. Ambos habían generado un lazo único, Liam podía sentirlo, ese niño era su hijo, tenia sus ojos, cabellos y piel. Además de esos colmillos inconfundibles, no había duda alguna. 

Luego de unas horas, Eva logro contenerse y estabilizarse, por lo que le pidió a Liam que se realizara una prueba de ADN con su hijo, para evitar confusiones y descartar cualquier otro error. Tanto ella como como el Alpha y su pequeño hijo fueron a la clínica de la doctora de confianza de la familia y realizaron la prueba, quien horas después arrojo los resultados y estos eran 100% positivos. Él era el padre de su hijo.

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