EXPRESIONES REALES
Aun conmigo sirviéndole de apoyo, a Sebastián le costó mucho moverse. Su cuerpo estaba lleno de golpes; podía ver algunos moretones sobresalir bajo su camisa entreabierta.

Y cuando intenté llevarlo hasta su recamara, tiró de mí y trastabilló por el corredor de la planta baja, hasta que llegamos a la piscina. Allí me soltó y cómo sí estuviese borracho, se dirigió al agua al tiempo que se arrancaba la camisa. Cuando la arrojó al suelo, pude ver con horror heridas sangrantes y profundos cortes marcar su piel; estaban a lo largo de todo su abdomen, espalda y pecho.

¿Cómo se había hecho tanto daño sí solo se había marchado un día? ¿A dónde había ido para terminar así?

—Se- Sebastián, quizás debería traer a un doct...

—No —me cortó con gravedad—. Te lo prohíbo.

—Pero...

—¡Dije que no!

Incapaz de hacer nada, lo miré entrar en el agua y teñirla de rojo. Mientras se empapaba el cabello y se limpiaba la sangre del cuerpo, yo solo pude contemplarlo, mitad asustada y mitad...

De repe
Tatty G.H

Mañana Memorias Oscurecidas. Gracias por leer esta historia.

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