El ambiente estaba tenso como si una bomba estuviera en cuenta regresiva a punto explotar.

— Este es el hombre, el licántropo con el que tienes que estar esta noche.

El odio y la amargura que destilaban cada una de las palabras de Alfa Evan, eran como navajas atascadas a la conciencia de Beca porque sabía perfectamente que todo este dolor era provocado por él y solo por él.

Evan había creado toda esta situación para que fuera la mujer perfecta, la luna perfecta, la despreciada perfecta. Ella de forma inherente apretaba los puños para contener la rabia que sentía en ese momento. Pero debía ser inteligente y esta era una oportunidad que probablemente jamás se presentaría de nuevo ante sus ojos.

— ¿Qué hace él aquí? ¿Por qué está así? ¿Qué le sucedió?— Cuestiona ella al mismo tiempo que se acerca y contiene su necesidad instintiva de extender su mano para rosar el rostro de Declan.

La sonrisa amarga que se presenta en los labios de Evan le hace ver que la frialdad de sus ojos no es lo ú