Capítulo 114.
— No te preocupes, todo esto dará frutos.
~Sin embargo apresúrate Beca, necesito saber quién es él o quién es ella y por qué mi alma, mi esencia y mi conexión con la Diosa Luna me gritan que ayude a esta criatura furtiva~ dice Carola por el enlace mental.
Beca toma la taza con las manos temblorosas y mete el brazo lo más posible en la celda, que las rejas se lo permiten.
El cuerpo era un amasijo de dolor, músculos que se estaban recuperando a cuenta gotas. Sin embargo, el líquido apenas alcanza a caer en los labios quemados y consumidos y fusionados de la criatura desfigurada.
Gota a gota comienza a correr entre las hendiduras de las quemaduras hasta que llega a una pequeña parte en la que puede hablar la criatura sin rostro.
Poco a poco ese líquido va siendo consumido y después de unos cuantos instantes él abre uno de sus ojos.
—Funcionó.— dice Megara,— ahora puedo sentir su lobo interior.
Beca asiente en silencio, ella puede sentir lo mismo.
Poco a poco, a pesar de que esos instante