Capítulo 102.
El aire se siente pesado y forzado, al mismo tiempo que se inunda de polvo y dolor.
Declan cierra los ojos para intentar registrar en su memoria de quién podría tratarse, él regularmente no tenía ningún esclavo, no tenía rehenes, no recordaba haber enviado a nadie a estos malditos calabozos por lo inhumanos, por lo desgastantes que llegaban a ser.
De nada le servía tener un esclavo si no podía sacarle provecho por tenerlo con vida.
— ¿Qué? ¿ya no me recuerda alfa Declan?— dice— sin embargo yo a usted sí, recuerdo que me ignoraba cuando no era necesario, sin embargo haber ayudado en más de una ocasión a Luna Beca fue de las cosas más placenteras que pude hacer en mi vida…
Eso altera a Declan… ¿Beca?
— ¿quién eres?— dice Declan una vez más con una voz más firme.
— No importa quién soy— dice él— lo que importa es quiénes lo traicionaron, dígame ¿verdad que estaba muy conforme con la rubia que estuvo endulzado el oído? ¡vamos no me diga que no se dio cuenta de la falsedad, las mentiras