Capítulo 101.
— Tranquila, mi amor…— decía Morrison, el hechicero de la manada, con una tranquilidad, con una paciencia que parecían inauditas, incomprensibles, incluso inigualables.— Alfa Evan, Luna Beca— dijo Morrison al mismo tiempo que se da cuenta y se inclina ante ellos.
La joven mujer se levanta y Beca tiene que contener todos sus gestos para no sonreír.
Frente a ella se encontraba Megara, que al levantarse del suelo donde estaba recogiendo unos líquidos había derrumbado una barra llena de pergaminos.
— Lo siento, lo siento de nuevo…— dice Megara al mismo tiempo que vuelve a bajar la mirada y comienza a levantar los pergaminos con las manos temblorosas por todos sus errores y torpezas.
Morrison se arroja sobre ella para levantarla con sumo cuidado y demasiada delicadeza. — Tranquila, cariño, tranquila, mi amor, todo estará bien. Ven, sólo mantente a mi lado, eso es suficiente ayuda para poder hacer mi trabajo.— En ese momento Morrison se gira para hablar con ellos— Lo siento, Alfa, lo sient