Capítulo 122.
En la oficina de Alfa Evan, donde los muebles se encontraban en una impoluta limpieza, él se encontraba sirviéndose ya la tercera copa de whisky en un vaso que rara vez utilizaba, de doble medida y característico cuando la tensión estaba a punto de estallar en su cuerpo.
— Debemos contemplar salir al exterior— decía Albert, de nuevo con esa discusión que parecía interminable.
— No… tenemos que mantenernos aún en completo resguardo. Recuerda que la protección más grande es que ninguno de nuestros enemigos sepan dónde nos encontramos realmente.
En ese momento Albert se concentra en la forma tan arrebatadora de tomar de Evan, algo le molestaba… pero… ¿qué cosa era?
— ¿Enemigos?— Cuestiona Albert cada vez perdiendo más el control.— Dime ¿qué clase de enemigos tenemos? o ¿por qué estamos luchando sin saber realmente un nombre o una dirección fija para atacar?
En ese momento Albert observa cada uno de los movimientos nerviosos que Evan trataba de ocultar tras el vaso del cristal.
Sus man