—Camina con cuidado…
—Tengo vendado los ojos, así que confío en ti.
Enzo sonrió dirigiendo a Gianna mientras la bajaba del auto.
Había pasado dos días desde el momento en que hablo con Luciana, y había necesitado distraer su mente en algo positivo para poder procesar en todo lo que se había convertido su vida.
—Un pasó a la vez… —le susurró a Gianna en el oído mientras ella se agarraba de sus manos y apoyaba también su espalda a su pecho.
—Ahora estoy muy nerviosa… has estado muy místico…
—Solo unos pasos más…
Gianna le hizo caso, y luego se detuvo cuando él se lo ordenó—. ¿Estás preparada? —ella sonrió de los puros nervios, entre tanto sintió como Enzo comenzó a desatar la venda que tenía en sus ojos desde que salió de la mansión de los Cavalli.
Poco a poco la venda se cayó y ella parpadeó lentamente para notar una bella y enorme casa en su frente.
Había muchos árboles alrededor, pero esta casa en estilo Victoriano combinado con animalista, era simplemente excepcional de admirar.
Gia