Mundo ficciónIniciar sesiónEL PRÍNCIPE:
Deposito a Sol en el sillón y, de repente, me siento crecer, engrandecerme como jamás nadie, ni yo mismo, me había visto. Envuelvo a Sirius en mis alas y lanzo un potente rayo de luz roja, primero a su frente y después a su corazón, mientras conjuro sin parar. Al terminar, me separo de él y siento cómo la sangre corre por su cuerpo a gran velocidad. Un poder desconocido se adueña de él; crece un poco más, aunque aún no alcanza mi tamaño.
—A partir de ahora eres nuestro hermano, Sirius, mío y de Sol —le explico sin dejar de observarlo—. Te otorgué la vida eterna para que nunca nos separemos. Viviremos siempre aquí. Además, por convertir tu sangre en la mía, tienes ahora la cualidad de procrear como yo. Y el poder del fuego; no te asustes cuando lo desarrolles; aún no sé cuándo será. Tu cuer






