Mundo ficciónIniciar sesiónSOL:
Podía sentir su cuerpo firme contra el mío, sus alas envolviéndome como un capullo protector, su calidez manteniéndome anclada a la realidad. No me atreví a mover ni un músculo; tenía claro que cualquier sonido, incluso un suspiro de más, podría delatar mi presencia.
El príncipe Árni se mantuvo frío sin moverse. La vampira no respondió de inmediato, pero su sonrisa se quebró por un breve segundo, apenas perceptible.—No tienes idea de lo que estás diciendo, hijo —contestó finalmente, casi un susurro. Su mirada se endureció, y por un instante, el brillo siniestro en sus ojos oscuros me recordó a un depredador al acecho—. ¿Dónde está? Veo que practican a comer como los humanos. ¿O acaso encontraste a la descendiente de AL? Árni no se inmutó. Su postura






