Ahí están, justo lo que necesitaba. Y hacen justo lo que necesito. Pero entonces Herson se mueve detrás de mí, sus movimientos me indican que se está desvistiendo. Quiero darme la vuelta y mirar, pero mis ojos están fijos en Zeky, dándome cuenta de que necesito otras palabras además de las que Herson me acaba de dar. Necesito palabras de Zeky. Necesito su consuelo. Necesito que él borre todo lo malo. Lo necesito.
La polla de Herson me aprieta el trasero al rodearme con sus brazos mientras Zeky camina hacia nosotros, completamente desnudo. Por un momento, considero decir que se jodan las palabras y humillarme, y exigir que me lleven a la cama ya mismo, pero cuando Zeky llega a nosotros e inclino la cabeza hacia atrás para que nuestras miradas se crucen, sé que esto tiene que pasar, por los dos. Porque su disculpa está ahí, en su mirada, incluso antes de abrir la boca. Acerca su frente a la mía y nuestros pechos chocan con mi respiración agitada y la suya profunda.
Esta última semana si