El rostro de la madre de Emilio era de felicidad absoluta, había deseado por años que su único hijo Emilio, se casara con una buena mujer y le diera un nietecito
Si madre, el es mi hijo Terrence. - ven acá campeón, saluda a la abuela Laura
¿Esta bella señora es tu madre papá?. - el pequeño fijaba sus hermosos ojos en Laura de Mendoza
Así es Terrence, yo también tengo una madre y es ella. - el Ceo sonrió
El niño se abalanzó a su abuela, ¡abuelita! yo soy Terrence, tu nieto
Oh, cariño, e esperado tanto para conocerte, eres igualito a ti padre, ¿dónde habías estado todo esté tiempo?
En Grecia. - el niño respondió con naturalidad
¿Cuándo fuiste a Grecia Emilio?. - la madre no recordaba que su hijo hiciera un viaje a aquel lejano país
Te contaré luego mamá
Emilio, ¿qué no tu socio griego se llama Terrence? . - preguntó la madre
Sí, mi tío Terrence Parquer es griego, ¿ tú lo conoces papá?
Sí, lo conozco. - a Emilio se le tensó la mandíbula, no olvidaba que su aprovechado socio se había lleva