Después de una noche muy apasionada, Alejandrina despertó y Emilio ya no estaba a su lado, tomó una larga ducha y se vistió en un lindo vestido de embarazada, hacía tiempo ya que su ropa le había dejado de quedar
Con mucho apetito Alejandrina bajó al comedor, si bebé había amanecido hambriento, la cocinera se apresuró a servirle el desayuno, todos ahí la cuidaban y la consentían más ahora que esperaba al segundo heredero Mendoza
Mientras tanto en el despacho, el pequeño Terrence había entrado a preguntar a su padre quién trabajaba desde muy temprano, si ya le había enviado la carta a la cigüeña
Papá, sé que estás ocupado, pero... quisiera saber si ya le has enviado la carta a la cigüeña en la que le preguntas ¿si puedo salir a recibir a mi hermanito yo también el día que lo traiga a casa?
Emilio pensó que a su hijo ya se le había olvidado el asunto, pero al parecer solamente estaba dejando pasar el tiempo, al bebé no le faltaba mucho para llegar
Ya lo hice Terrence, estoy esperando su