131. BIENVENIDA A OLIVER
Gabriel había seguido todas las indicaciones del doctor Rossi y, para alegría de su esposa, pudo acompañarla para darle la bienvenida a su querido amigo Oliver. Evelin miraba ansiosamente a su amigo desde la distancia y, al bajar del helicóptero, gritó emocionada para encontrarse con Oliver, quien daba saltitos en el lugar y luego corrió para abrazarla.
— ¡Oli, qué bueno que viniste! No sabes cuánto te he extrañado —ambos se abrazaron felices.
— ¡Eve, pero qué linda estás! ¿Sabes cuánto te he extrañado también? —contestó Oliver emocionado de ver a la que consideraba su única familia y hermana—. ¡Debiste traerme contigo cuando viniste, si no llega a ser por mi nueva amiga Salvi, no sé qué hubiese sido de mí!
— Me parece que ya debes soltar a mi esposa —dijo Gabriel seriamente separándolos. Al ver que Oliver llenaba de besos a Evelin, quien los devolvía feliz, no pudo evitar sentir celos.
— ¡Oye, que la conocí primero que tú! —replicó Oliver, quien conocía a Gabriel porque Evelin se lo