111. PERSECUCIÓN
El fondo de la gaveta se ha abierto y se eleva lentamente, revelando una gran cantidad de joyas. Salvatore y Evelin están sorprendidos. ¿Cómo es posible que su abuela tuviera tantas joyas valiosas en un lugar tan desprotegido? Se miran el uno al otro hasta que Evelin exclama:
— ¡Dios mío, esto es una fortuna, Salvatore!
— Tienes razón, Eve, y son muy valiosas. ¿Cómo pudo nuestra abuela tener tantas joyas valiosas aquí durante tantos años? —pregunta sin dejar de mirar las joyas.
— Debe ser que solo el cerrajero sabía de esta caja fuerte y no se lo dijo a nadie —reflexiona Evelin—. Además, esta oficina ha estado cerrada todo este tiempo.
— Sí, también creo que nadie entraba aquí ni sabía de ella. ¿Qué hacemos ahora? —pregunta.
— Bueno, busca dónde ponerlas, no podemos dejarlas aquí —dice Evelin mirando a su alrededor—. Las llevaremos a papá.
— Espera un momento —dice Salvatore—. Regreso enseguida.
Se marcha dejando a Evelin contemplando la cantidad de joyas en la gaveta. Tenía la