Capítulo 257. No me lo perdería.
Amy Espinoza
Habían dicho que la primera noche sería la peor. Después dijeron que serían las primeras doce horas. Luego, que las primeras veinticuatro. Posteriormente, que tres días. Y ahora… ya íbamos por una semana.
Siete días.
Siete días sentados en una sala fría, con olor a desinfectante y café recalentado, mirando la misma puerta como si en cualquier segundo pudiera salir alguien a decirnos que todo había cambiado.
Siete días sintiendo que el tiempo había dejado de avanzar para nosotros, pero no para el resto del mundo. Y aunque iba al hotel por ratos a descansar, no podía hacerlo bien; me sentía agotada.
Miré el reloj. Otra vez. Eran las 4:12 a.m.
La madrugada en un hospital es distinta. No suena igual. No respira igual. Todo está tan silencioso que te obliga a escuchar lo que no quieres: los pensamientos que se te meten como agujas.
Yo llevaba la ropa del día anterior. Ni recordaba cuándo fue la última vez que había dormido más de tres horas seguidas.
Adrián decía que tenía q