Estaba de pie en medio del bullicio, todavΓa sentΓa el brazo de Leonardo alrededor de mΓ, pero todo a mi alrededor parecΓa desvanecerse. El sonido de los vΓtores y las risas de mis compaΓ±eros se volvΓa un eco lejano, casi imperceptible. El aire estaba cargado de una mezcla de adrenalina y nerviosismo, y podΓa sentir mi corazΓ³n latiendo con fuerza en mi pecho.
El ambiente estaba lleno de energΓa, pero para mΓ, el mundo se reducΓa a un solo punto: Leonardo. Cuando girΓ© la cabeza, lo vi mirΓ‘ndome fijamente. Nuestros ojos se encontraron y, en ese instante, todo lo demΓ‘s dejΓ³ de existir. La intensidad de su mirada me hizo sentir una mezcla de emociΓ³n y nerviosismo. PodΓa escuchar mi propia respiraciΓ³n, lenta y profunda, mientras trataba de calmarme.
Leonardo bajΓ³ la mirada hacia mis labios, y yo, sintiendo la boca seca por los nervios, me los humedecΓ instintivamente. Vi cΓ³mo Γ©l tragaba saliva, y eso solo aumentΓ³ la tensiΓ³n entre nosotros. Cuando Leonardo levantΓ³ la mirada de nuevo, nuestr