Capítulo XXXII: Impartiendo Justicia Para mi Bebé...
-¿Cómo están?
-Delicados majestad, pude cerrar la herida, por fortuna solo comprometió tejido muscular, pero Doña Cecilia ha perdido mucha sangre
- ¿Vivirá? ¿mi hijo vivirá?
-Señor, solo queda rezar por ellos…Doña Cecilia está delicada, no puedo asegurar de que el bebé sobreviva a esta experiencia, es un milagro que Doña Cecilia no entrara en labor de parto con todo este evento
Alfonso queda en shock.
Y así se dirige hacia la capilla del palacio y empieza a rezar, con devoción, con fe, suplicando a Dios por no perder a Cecilia ni al bebé que esta espera…porque sabe que de sucederles algo a alguno de ellos, él se manchará las manos con la sangre de Carlos e Isaac…
Mientras Isaac escucha la noticia del ataque a Cecilia, y aunque trata de fingir indiferencia, su auto control se pierde cuando escucha a su madre reír…
-Bien que esa perra pierda el bastardo…
-Querida, es nuestro nieto…
- ¿Qué va a ser mi nieto ese bastardo? – bebiendo de su copa – seguramente esa perra se revolcó con otro
-