Aquella noche, Cecilia de Baleztena iba a una fiesta de máscaras, era la primera vez en aquel tipo de eventos para la dulce joven de dieciocho años, pero en aquella fiesta conocería al causante de sus mayores penas... Pues por no pagar una apuesta, Isaac Escalante, cometería un acto cobarde, y luego para sanar su conciencia y obtener el título de Conde, se casaría con Cecilia... Pero él no la ama, no la considera especial, para él la mujer de su vida es Ana, la que en otrora se hiciera llamar "mejor amiga" de Cecilia... Pero Cecilia no estaría sola, los reyes de España le brindarían apoyo y protección, y el rey de España al enviudar, elevaría a Cecilia a lo más alto de la grandeza... Y es cuando Cecilia es feliz con su esposo y su bebé, que Isaac se da cuenta de que siempre amó a Cecilia, y es cuando quiere recuperarla... Pero será que la Reina Madre, podría perdonar a quien la desgració?
Leer más-Doña Cecilia, me presento…Juan Andrés Medinaceli Fontbona. Marqués de Alba, para servirle a usted – tomando la mano de Cecilia
Desde la distancia, Isaac apenas mira y hierve en terribles celos al ver a un hombre tan cerca de su exesposa.
-Un placer Marqués de Alba – dando una sonrisa
-Majestad, veo que ha permanecido hermosa aun con la tragedia que usted tuvo que vivir…
Cecilia apenas dedica una sonrisa, mientras que Isaac apenas mira y siente el enorme deseo de matar a quien esté cerca de la reina madre.
-Doña Cecilia, ahora que he heredado el título de Marqués, y que tengo suficiente capital económico, quisiera pedirle…
- ¿Eh?
-Por favor, concédame su mano en sagrado matrimonio
Se escucha una copa rompiéndose, todos se giran y ven a Isaac Escalante mirando con total hostilidad hacia el joven que se atrevió a pedir la mano de su exesposa.
-¿Cómo te atreves a pedirle matrimonio?
-Vizconde Escalante…no sé por qué se molesta…usted no supo valorar a su majestad cuando estuvieron casados – sonriendo – es más hasta dónde se sabe usted solo se casó para reparar su falta
Todos quedan en shock, incluidos Cecilia e Isaac.
-Marqués ¿Cómo sabes de eso?
-Bueno, Fernando Córdoba corrió el rumor…
Isaac queda en shock, se supone ese infeliz está muerto, ¿Qué demonios pasa?
Un año antes
Aquella noche era especial para Cecilia de Baleztena, hija del conde de Baleztena por primera vez a sus dieciocho años le era permitido asistir a las mascaradas que organizaba la familia Escalante, ella estaba emocionada, escogiendo todo el ajuar para verse hermosa esa noche, aunque debemos ser honestos, para los estándares de belleza, Cecilia, es una joven bastante corriente y poco atractiva. Pero eso poco le importa a la joven, ella quiere verse hermosa y de ser posible conocer al vizconde Isaac Escalante hijo único del matrimonio Escalante…
Así que el vestido elegido es uno color rosa pastel, con una máscara tipo antifaz, su criada se encarga de maquillarla y peinar su cabello, simplemente esa noche Cecilia se ve hermosa, como toda una diosa, pues viste sencillo dado que no le gusta llamar la atención…
Al bajar se encuentra con su padre quien apenas la observa con una sonrisa paternal, el hombre la recibe y besa su frente mientras coloca el antifaz en el rostro de su hija.
-Ve con cuidado, recuerda no beber mucho…
-Lo tendré presente padre – dando una enorme sonrisa
-Bien, por esta noche no irás con una doncella de compañía espero que te comportes
-No haré quedar mal a mi padre – tomando las manos de su padre para besarlas
-Ve con Dios mi querida Cecilia
Y así la joven con una sonrisa en su carita se marcha…
Pero aquella noche sería la peor en la vida de Cecilia, y sería el principio de todo el dolor y amargura que podría pasar la joven…
Al llegar a la mansión de la familia Escalante, Cecilia puede ver que han llegado varios de los invitados, así que se dirige hacia el interior de la mansión, cuando al entrar queda en shock pues puede apreciar la belleza y la opulencia…
Pero no alcanza a contemplar mucho, puesto que es halada y llevada hacia uno de los muros, cuando logra reaccionar ve que se trata de Ana de Urriaga su “mejor” amiga…
-Cecilia, querida pensé que no vendrías
-Ana, me demoré porque estaba buscando un vestido adecuado, es mi primera vez en este tipo de fiestas – dando una sonrisa
-Bueno entonces vamos que tengo mucho que mostrarte
- ¿Eh? ¿ya has venido?
-Claro que sí – sonriendo – desde mis catorce años…
Cecilia apenas puede creerlo…
-Bien vamos, te voy a presentar a mis amistades masculinas, quizás esta noche encuentres a tu pretendiente ideal – guiñando un ojo a su amiga – “si claro…te voy a hundir m*****a”
Así Ana empieza a presentar a Cecilia con sus amigos, ellos son corteses y tratan con amabilidad a la joven, pero desde lejos dos jóvenes observan y uno ya tiene en mente un plan para ayudar a su amante y de paso hacerse con la fortuna de los Baleztena…
-Mi buen amigo Isaac…
- ¿Qué pasa Fernando? – dando un sorbo a su copa
- ¿Aburrido?
-Como no tienes idea, todos los años es lo mismo no sé para qué mis padres organizan este tipo de fiestas
- ¿Qué te tiene tan aburrido?
-Sencillo, a todas esa “señoritas” ya las he conocido
-Te tengo un reto…
- ¿Un reto? Has capturado toda mi atención, así que dime ¿Qué tienes en mente?
- ¿Ves a la joven que está con Ana de Urriaga?
-Sí ¿Quién es ella?
-Cecilia de Baleztena…
-Ah, la mojigata…
-Esa misma – empezando a reír – te apuesto cinco mil reales a que te acuestas con ella esta noche
- ¿Cinco mil reales? ¿estás loco? ¿Cómo pretendes que me acueste con esa infeliz?
-Oh vamos…no seas santo – sonriendo mientras saca un frasco – ten dale esto en una copa de vino
- ¿Qué es eso?
-Es para dormirla…o por lo menos para dejarla somnolienta ¿tenemos trato?
-Trato – dándose un apretón de manos con Fernando
-Bien, ve tigre
Isaac apenas rueda los ojos mientras se acerca a Cecilia…al llegar se presenta ante la joven – buenas noches
-Buenas noches…
-Me presento hermosa dama, Isaac Escalante, heredero al título de vizconde – tomando la mano de Cecilia para besar su dorso
-Cecilia de Baleztena hija del Conde Baleztena – sonriendo
-Espero que esté pasando una noche provechosa
-Es mi primera vez en una de sus fiestas – sonriendo
- ¿Se está divirtiendo?
-Mucho…
-Perfecto – ofreciendo su brazo a Cecilia – si tan bella dama me honra con su compañía
- ¿Eh? – sonrojándose de golpe
-Ve amiga, yo estaré acá – sonriendo
Y así Cecilia acepta ir hacia el salón de baile en donde ya varias parejas todos usando máscaras bailan…
A lo lejos Fernando observa y ya tiene en mente hacer algo para que Cecilia crea que con quien tuvo que ver fue él, mientras que Ana también hará lo propio…
Pero nada de lo que planearon les saldría bien…
En el salón de baile todos bailan armoniosamente al ritmo de la música, mientras que Isaac apenas puede disimular el asco y el desagrado que Cecilia le provoca, pero bueno no quiere pagarle los cinco mil reales a Fernando, así que por ese dinero hará el sacrificio…
-Señorita de Baleztena, me gustaría verla sin el antifaz
- ¿Eh?
-Por favor, quiero poder encontrarme con usted por la calle
Y así Cecilia se retira el antifaz, e Isaac queda en shock, pues él solo había escuchado que Cecilia de Baleztena era una monja, pero ante sus ojos la joven es preciosa…
-Hermosa
-¿Eh? – sonrojándose de golpe
-Por favor venga conmigo, le ofreceré algo de beber
Y aunque a los ojos de Isaac ella fuera preciosa, simplemente no quiere pagar los cinco mil reales…
Así que mientras Cecilia se vuelve a poner el antifaz, Isaac echa en la copa de la joven el somnífero y lo entrega a la joven que lo bebe sin reparo alguno…
Al poco Cecilia empieza a sentirse mal, como cansada y muy mareada, así que Isaac se ofrece a acompañarla y dejarla en una de las habitaciones de huéspedes…
Al llegar Cecilia se acuesta en la cama, e Isaac aprovecha la oportunidad…abusando de la joven somnolienta…poco le importaba las negativas de Cecilia, poco le importaba sus inútiles intentos de lucha por verse libre, poco le importó sus lágrimas de dolor al ser invadida…robó de Cecilia la más valiosa de sus prendas, solo por no pagar una apuesta…
Los años fueron pasando para la reina Cecilia y el rey Isaac, ellos lograron reestablecer el afecto y el respeto del pueblo por la monarquía...Pero no todo puede ser dicha, pues la reina ha recuperado los recuerdos de su vida pasada, todo por un incidente que tuvo montanto a caballo, y ahora, que sabe que hace siglos fue humillada y deshonrada por su ahora esposo, no quiere saber de él, pero el problema no termina ahí; la reina está esperando a su primogénito, que casualmente...es niña...–Cecilia por favor...– ¡Vete Isaac! ¡no quiero verte! ¡¿Qué es tan difícil de entender?! – llorando mientras abraza su pancita...–Cecilia por favor, tenemos que hablar, ni siquiera sé por qué me odias ¿Qué te hice?– ¡Me hiciste daño! ¡eso me hiciste! – mientras continua con su llanto– ¡Bien si eso quieres, me voy! – marchándose del lugar...Cecilia abre la puerta de la habitación, dándose cuenta de que Isaac se ha marchado, y sus ojitos nuevamente se llenan de lágrimas, porque ella lo ama, pero t
EpílogoLos años fueron pasando, y la princesa de Asturias Cecilia de Baleztena, se encuentra en sus estudios militares, porque al ser ella la heredera del trono español, debe aprender acerca de cómo comandar al ejercito de su país, pero esa noche, había una fiesta por el día de Halloween en la academia militar, así que Cecilia decide usar un vestido de época, y un antifaz de tela para cubrir su rostro, al bajar las escaleras y dirigirse a la entrada un joven con lentes espera con ella, luciendo un elegante traje militar…-Vaya, pensé que llegarías tarde…-Nunca, Cecilia – dando una sonrisa – cuando se trata de ti, nunca podría ser impuntual…-Entonces el día de nuestra boda…-Estaré esperándote en la catedral – ofreciendo su brazo-Me parece lo más inteligente que has dicho vizconde Isaac – tomando el brazo de IsaacY así los dos se marchan con rumbo al gran salón de la academia para pasar un rato ameno, y disfrutar de la noche…Cuando dos siluetas aparecen en la puerta…-¿Y bien? ¿e
Al poco Juan Andrés ingresa a la habitación con las bebés en brazos, y las entrega a Cecilia quien da una sonrisa, pues sus niñas son idénticas, y se parecen mucho a Alfonso…Todo fue marchando en el imperio español, Cecilia cumpliendo la promesa a su esposo y a Mariana, cuidó del imperio reinando con mano dura pero con compasión y sabiduría, propios de una monarca excelente como lo fue ella.Algunos años después…Una pequeña niña disfruta de montar su pony, siendo guiada por su padre quien con una sonrisa, lleva a su hija por el jardín de su mansión, mientras que la abuela de la pequeña la contempla con una sonrisa…-Papi, mira soy una princesa-Lo sé Cristina, eres mi princesa – acercándose para tomar a su hija en brazos-Papi, papi…mami ya debió haber tenido a mis hermanitos – dando una sonrisa…-Seguramente, cuando ellos hayan nacido iremos al palacio- ¡Sí! – abrazando con fuerza a Isaac…-Señor Vizconde, alteza real – acercándose a padre e hija- ¿Qué pasa?-Se les requiere en el
Cecilia apenas da una sonrisa…-Ven mi niña – tomando de los brazos de Isaac a Cristina – cuando te recuperes podrás verla todo lo que quierasIsaac queda en shock…-Descansa – y así Cecilia se retira de la habitaciónIsaac da una sonrisa mientras lleva la mano a su costado – “Cecilia, gracias…por dejarme verlas”-¿Qué tanto piensas hijo?-En que debo sanar – mintiendo – madre quisiera escribir una carta-Enseguida traeré lo que necesitasY así Isaac escribe una carta a Cecilia, mientras en la noche se oficia el velorio y entierro de Carlos, y como muestra de perdón, Cecilia ordenó que Mateo fuera nuevamente enterrado en el panteón de los Baleztena en el mismo féretro de Carlos, para que así padre e hijo estuviesen juntos.Pero esa noche, Cecilia está con su bebé en brazos, cuando decide ir a ver a Isaac, así que toma a su bebé quien apenas succiona su manito y se dirige a ver a Isaac, quien apenas está con su madre colocándose una camisa limpia aunque sus heridas siguen doliendo…-Is
-Cecilia ¿Qué harás?-Nada, Carlos de Baleztena no es nada mío – mirando a Alejandro-Ahora mismo iré a decirle a ese imbécil los deseos de la reina – dice Alejandro con una sonrisa burlonaAlejandro sale y se encuentra con Carlos, quien apenas observa a su sobrino acercarse a él, el hombre está expectante por saber la resolución de Cecilia, él quiere verla está sinceramente preocupado por ella, pero también sabe y reconoce que le ha hecho mucho daño a su pequeña…-Don Carlos…-Alejandro, mi hija…-Doña Cecilia viuda de Belmonte, declaró que usted no es nada de ella – Carlos queda en shock-Alejandro, por favor, quiero verlas…-Usted tendría mucho poder si tan solo hubiera sido misericordioso con Cecilia, pero ¿Qué hizo cuando supo que ese par de cerdos la desgraciaron?Carlos baja la cabeza y empieza a llorar, recordando el cómo se comportó con su hija, luego de saber que fue desgraciada…-Por favor, no puedo vivir si mi hija, sin mis nietos…-Esos niños no son nada suyo, Cecilia dir
Los dos hombres se enfrentan, mientras que Juan Andrés se aleja con Cecilia en su caballo, los hombres de Isaac han dado con aquel sujeto que tiene a Cristina, y el hombre tiene la osadía de usar a la bebé como escudo, con la esperanza de poder escapar, pero no tiene ni idea de que por su espalda se acerca Alejandro con una daga en su mano, así que se acerca y toma al sujeto por el cuello y otro corre y toma a la bebé en brazos.-Ta voy a matar, no creas…tocaste a mi sobrina y planeabas violar a mi esposaEl hombre empieza a temblar.-Pero antes me dirás en dónde está Fernando Córdoba…-E…está hacia el norte, se quedó con Doña Cecilia y pensaba violarla- ¡Bastardo! – y así le corta el cuello al hombre – ¡tú, lleva a mi sobrina con mi suegro! ¡el resto vamos!Todos toman rumbo hacia donde está Fernando, cuando se cruzan con Juan Andrés y ven que en su caballo lleva a Cecilia, Alejandro baja de su caballo y corre hacia donde está su querida hermana.-¡Cecilia!- ¡Alejandro! – abrazando
Último capítulo