"Estoy abajo, cariño"
Su cariño, me puso aún más nerviosa de lo que ya estaba.
Me pasé mis húmedas palmas por mi estómago en un intento por secarlas, después recordé que estaba usando un Carolina Herrera de tres mil dólares y me detuve.
No sé qué esperaba encontrarme en esta noche, es más, yo no debería estar arreglada para ir a una obra benéfica un martes