Capítulo 15: Sospechas y juegos peligrosos
Gabriel no durmió el resto de la noche.
Apenas regresó a la cama después de su extraño encuentro con Isabela en la cocina, su mente siguió dándole vueltas a la situación. Había algo que no cuadraba.
Ella estaba nerviosa. Se notaba en la forma en que evitaba su mirada por segundos demasiado largos.
No confiaba en ella.
Y eso lo volvía loco.
Isabela le pertenecía. Su cuerpo, su vida... todo lo que era. Ella no tenía derecho a esconderle nada.
Cuando amaneció, Gabriel salió de la habitación temprano. Bajó las escaleras en dirección a su oficina y cerró la puerta tras de sí.
Se sentó en su escritorio y encendió la computadora, revisando los archivos con rapidez. Nada parecía alterado.
Pero cuando abrió la gaveta superior, su mandíbula se tensó.
El USB que guardaba ahí estaba ligeramente movido de su posición habitual.
Alguien había estado aquí.
Y no necesitaba preguntar quién.
Gabriel sintió una oleada de furia recorrerle el cuerpo. Cerró los ojo