Capítulo 312
Tomás la vio con esa expresión tan alegre y miró detrás de ella.

—¿No ibas a llamar a los chicos para que bajaran a comer? ¿Dónde están?

La sonrisa en el rostro de Diana se hizo aún más profunda, se acercó con pasitos pequeños y se inclinó para susurrarle al oído.

—Viejo, esta vez sí que va en serio. ¿Adivina qué estaban haciendo los dos cuando subí hace rato?

—¿Qué estaban haciendo?

—¡Estaban abrazados! —dijo Diana, y de la emoción no pudo evitar darse palmadas en las piernas.

Al escuchar esto, Tomás inmediatamente quiso levantarse para subir.

—¿Qué? ¡Voy a ver!

Diana rápidamente lo presionó para que se quedara sentado en el banco.

—Si subes ahora, ¿no estarías interrumpiendo el momento? En cuanto a los asuntos de los chicos, mejor déjalos que se desarrollen a su propio ritmo.

Diciendo esto, Diana se sentó al lado de Tomás.

—He estado observando estos días, y no te miento, este chico Vicente realmente tiene una rutina muy regular. Cuando llega se acuesta temprano, y al día siguiente s
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