Vicente realmente era un buen jefe, se notaba que todos estaban muy animados, así que anunció que por la noche habría una cena de empresa y que él pagaría todos los gastos.
Al escuchar esto, todos se pusieron aún más contentos, no podían cerrar la boca de la felicidad. Por la tarde todos habían estado trabajando sin ánimo, pero ahora todos tenían motivación. Viendo a cada uno como si les hubieran inyectado adrenalina, Andrea admiraba sinceramente a Vicente desde el fondo de su corazón.
Hay que admitir que realmente era un jefe excepcional, difícil de encontrar. No era de extrañar que el ambiente de la empresa fuera tan bueno y que los empleados estuvieran tan unidos.
En el caso de Rafaela, al hombre finalmente le dieron seis años de prisión, pero considerando su estado de salud actual, le otorgaron tres años de libertad condicional. Además, el hombre debía compensar a los padres de la víctima con cuarenta mil dólares por daños psicológicos.
Aunque ahora este dinero ya no podía devolver