Julieta inmediatamente también se levantó, y se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Pedro, estoy realmente desesperada, por eso se me ocurrió venir a buscarte. Ahora eres mi única salida, la única persona que me puede ayudar. Tú lo sabes, Miguel y yo fuimos novios de la infancia, ya lo perdí una vez, no puedo perderlo por segunda vez.
No había nada más doloroso que la mujer de la que había estado enamorado le pidiera que la ayudara a casarse con otro.
Este reencuentro después de tanto tiempo le resultaba difícil de aceptar a Pedro.
Pero él conocía a Miguel.
En la escuela, la razón por la que siempre había estado enamorado en secreto sin confesarse.
Era porque sabía que Julieta tenía a alguien que le gustaba desde pequeña.
Los dos habían sido el primer amor del otro, y cuando estaban juntos se llevaban muy bien.
Incluso cuando Miguel se enfermaba, Julieta faltaba a clases con tal de regresar a cuidarlo.
Al ver que Pedro bajaba la cabeza sin decir nada, Julieta decidió usar su arma secret