Viendo su actitud, Andrea decidió no discutir con ella.
— Si no estás de acuerdo con mi método, puedes negarte a disculparte. Nos veremos directamente en el tribunal.
— ¡Tú...! —Ximena temblaba de furia.
Sus ojos estaban completamente enrojecidos, y Miguel también tenía una expresión extremadamente incómoda.
Pero no tenían escapatoria. Ximena solo pudo mirar con rabia la carta de reflexión y compromiso en sus manos.
Vicente comenzó a grabar, y Andrea la observaba atentamente.
No quería perderse ni la más mínima reacción en el rostro de Ximena.
Las manos de Ximena temblaban mientras sostenía el papel, pero finalmente comenzó a leer.
— Yo, Ximena, por la presente me disculpo formalmente con la señorita Andrea. No debí molestarla ni difamarla en público, y mucho menos utilizar la manipulación emocional para obligarla a cuidar de mi hijo. Considerando que ya está divorciada de mi hijo, a partir de hoy...
Ximena no había terminado cuando Andrea la interrumpió.
— Más alto, no puedo oírte.
Xi