Luna:
Su mirada juzgona y llena de ¿Odio? Llegó hasta lo más profundo de mi alma, pero no me iba a dejar intimidar por el.
—¿Supongo que ya leíste el artículo no? —me miró serio—, tuviste suerte Moretti, porque si hubiese escrito lo contrario ya estarías recogiendo tus cosas para no verte más por aquí.
—Pues no lo fue Chef, fue una opinión más que bien, supongo —seguí en lo mío.
—Ya te lo he advertido Moretti, otro error y estás fuera —se fué.
Lo ignore por completo y seguí en mis cupcakes, duré una hora haciéndolos claro con un poco de ayuda, hasta que los pasaron hacia la vitrina en la parte de afuera de la repostería.
Ya se acercaba la hora de la salida, recogí mis cosas, ya recogí casi todo, Nina se fue y quedaron algunos cocineros para el turno de la noche ya que hay noches donde se cierra muy tarde, estoy a punto de salir cuando Cedrik entrar a la cocina.
—Hay algo que me gustaría decirle Moretti —se cruzó de brazos.
—Lo escucho chef —lo miré atenta.
—Quiero que dejes de hacerte la mártir y seguir las reglas, esto no es un puto juego niña, esto es serio, así que te pido de la manera más cordial posible que sigas las reglas de mi cocina —su mirada era fría— o atente a ser despedida antes del mes.
Idiota...
—Con todo respeto chef, pero no soy de seguir las putas reglas como dice usted, me gusta trabajar en lo nuevo y fresco, usted lo comprobó en el artículo de hoy, según escuché —lo miré seria—, hace más de dos meses no había algún artículo hablando sobre la pastelería —apretó la mandíbula—, así que creo que les hice un favor ¿No es así? No le temo el ser despedida, si estoy aquí es para adquirir un poco más de experiencia, luego de obtener lo que quiero, me iré y créame que después de buen artículo habrán más restaurantes dispuestos a contratarme. —tomé mi bolso—. Buenas noches Chef.
No lo deje hablar, seguí mi camino es que ¿De dónde había sacado tanto valor? Seguramente mañana me despediría. Creo que meti la pata, odio cuando no puedo parar de hablar.
Iba saliendo hacia el estacionamiento cuando de un auto está bajando mi familia ¿Que hacen aquí?
—¿Mamá? ¿Que hacen aquí? —la abracé—, creía que íbamos a celebrar en casa —salude a mis papás— hola papis.
—Hola patito —besó mi frente— la idea fue de Angelo, ya sabes, quiere presumir que somos tu familia —reí.
—Pues pasemos ¿Hicieron reservación? —asintieron—, entonces vamos.
—Babosa —Enzo me abrazó—, joder menudo artículo, ahora podré presumir en la universidad de que tengo una hermana hermosamente talentosa, aunque con un humor de m****a
—Muy chistoso —abrace a Franco— ¿Cómo estás precioso mío?
—Bien, aguantando esta versión tonta de mi todos los días —Enzo se quejo—, me alegra lo que estás empezando a lograr, aunque mis papás exageran un poco, ya sabes, llamaron a todo el mundo para presumir lo que salió en el artículo, para mí, cuando abras tu propia pastelería y yo la administre sin Enzo, podré presumir por mi lado —besé su mejilla—, por ahora estoy bien con el artículo aunque no pienso presumir, con mi inteligencia basta.
—Tu y Enzo podrán ser de personalidad distinta pero hay veces que son tan parecidos —negué divertida— mejor entremos —lo abracé.
Entramos de nuevo a la pastelería y nos sentamos en una mesa bastante grande, mis padres ordenaron pero para mí muy muy mala suerte aparecieron los Koch acercándose a nuestra mesa. Ambos me miraron muy serios, pero decidí ignorarlos.
—Señores Moretti, sean bienvenidos —habló Cassian muy cordial.
¿Qué? ¿Desde cuando tanta amabilidad?
—Gracias por la bienvenida —dijo mamá amable como siempre.
—Disfruten su cena —Cedrik fulminó a Enzo con la mirada ya que el me estaba abrazando.
¿Que les pasa? ¿Le hizo tanto daño el betún o que?
Sin más se fueron de nuestra visión, papá Angelo ordenó la cena, después llegó y empezamos a comer a gusto, hablamos de mi trabajo, por razones obvias no les conté que mis jefes me odian, hablamos otras cosas más, ordenaron la tartaleta que hice y pues quedaron fascinados.
—Joder —exclamó Enzo— está delicioso con razón a la señora esa le gustó.
—Pues lo está —Franco la probó—, delicado y sin tanto alcohol como las anteriores, buena idea de sacarle un poco, ahora se siente mejor.
—Vaya hermanito suenas a un crítico todo refinado —se burló Enzo.
—Lo seré algún día —sonrió con arrogancia—, pero después de que sea el administrador de la pastelería de mi hermana.
Reímos y seguimos hablando un poco más hasta que nos tocó irnos, mis padres y hermanos se habían ido, yo estaba colocando mis cosas en el auto, pero al voltear me lleve un susto estaba Cedrik mirándome fijamente.
—Me asustó —puse una mano en mi pecho.
—¿La pasó bien con su familia? —seguía mirándome fijamente.
—Ehmm ¿Si? La pasé bien, si me permite me tengo que ir —abrí la puerta de mi auto— adiós.
Eso fue muy extraño, de por sí me intimidaba ese metro noventa y más esa mirada, creo que podré acostumbrarme a eso todos los días.
Llegué al edificio, estacione mi auto y subí al ascensor, después de llegar a mi piso camine hasta mi puerta llevándome otro susto, estaba Cassian parado en mi puerta ¿Que hacia aquí?
—Me asustó —cerré los ojos.
—Buenas noches Moretti —habló tosco— ¿La pasó bien?
¿Que carajos les pasa a estos dos?
—Pues si, mi familia quiso celebrar —me encogí de hombros—, si me permite quiero entrar a mi departamento, estoy agotada.
Lo siguiente fue que sentí como Cassian me acorraló contra mi puerta, su altura era bastante creo que era un metro noventa, sus ojos conectaron con los míos, tenía unos bonitos ojos y su mandíbula estaba tensa.
¿Pero en que mierdas estoy pensando? ¡Reacciona Luna Moretti!
—¿Puede quitarse? —no me inmute—, quiero entrar a mi departamento.
Luego empezó a murmurar cosas en lo que creo que es alemán, después se apartó de mi de manera busca y se metió a su departamento echando humo.
¿Que es lo que les pasaba hoy? Definitivamente estaban muy raros..
Entré a mi departamento, dejando las cosas en la sala, me quite los zapatos y la ropa, de una vez me fui a bañar, luego de hacerlo me coloque una camiseta de Enzo, una que le quité hace un año, me la debía por romperme un libro, más bien fui considerada. Tomé mi teléfono hablé un poco con Nina y me dormí.
(...)
Desperté temprano como de costumbre, hice mis cosas, me bañé, hice mi café, tome mis llaves y me encamine hacia mi trabajo, al llegar subí de una vez a la cocina para colocarme el uniforme, al entrar no había nadie, supongo que había llegado más temprano de lo normal, luego entró la tarántula con cara de molestia
¿Ahora que le pico a esta? Dios ¿que le pasa a las personas?
—Tu y yo vamos a hablar niña estúpida —se cruzó de brazos.
Oh no joder..