Capítulo 7.

Luna:

Mire a la mujer que tengo al frente, mi rostro no tenía ninguna expresión si pensaba intimidarme estaba perdiendo el tiempo.

—¿Que tiene que decirme Jessica? —estaba abotonándome el uniforme.

—Si crees que porque hablaron de ti en un artículo de revistas vas a apoderarte de este sitio, estás equivocada niña —me miró de arriba a abajo.

—¿Apoderarme dices tú? —reí sin gracia—, si hablaron de mi en ese artículo es por mi trabajo, así que ni entiendo tu miedo.

Rió sarcástica —¿Miedo de ti? No seas estúpida.

—Si, miedo, miedo a que sea mejor que tú, espera.. Si soy mejor que tú, puede que no tenga años trabajando aquí, pero con mis ganas de trabajar y los conocimientos y el talento que SI tengo podré llegar donde quiera, te molesta que haya salido en un artículo con solo pocos días de haber entrado aquí —sonreí ampliamente— y ¿Tu? Tienes más de dos años aquí y —chasquee la lengua— nada —me acerqué a ella—, no te metas conmigo Jessica, podrás tener toda la vida trabajando aquí, tener el "respaldo" de Cassian pero tú no me conoces, así que no te metas en mi camino.

No la deje hablar, salí de los baños y me fui a la cocina, ahí estaba Nina con una enorme sonrisa yo la mire confundida.

Corrió hasta mi —Querida lunita, eres mi ídola —chilló—, escuché todo lo que te dijo la bruja, déjame felicitarte, no debes dejarte intimidar por nadie.

—Solo le dejé en claro algunas cosas —rei—, si no se mete conmigo estaremos bien. Mejor vamos a arreglar todo antes de que lleguen los jefes.

Y así lo hicimos, tomamos todas las herramientas y en unos minutos llegó Cedrik -tan serio como siempre- se arremangó su uniforme y se paró a hablar frente a todos.

—Debido al artículo de ayer —me miró fijamente—, hoy reservaron la pastelería para un cumpleaños, así que tendremos más trabajo por hacer, Moretti —llegó hasta mi—, vas a trabajar en la mesa de postres —me tendió un papel— esta es la lista de lo que desea la cumpleañera, lo harás junto con Nina —asentimos—, A trabajar.

Nina y yo nos miramos, estábamos felices, esto será algo importante para ambas y así la ayudaré a mejorar en lo que sea que tenga que mejorar, ella cree que no es tan buena en lo que hace, pero se equivoca, ella muy buena y bastante talentosa, aún no me cuenta porque es que la obligaron según ella a estar aquí.

Trabajamos en los postres para la chica del cumpleaños en total eran treinta, algo sencillo para nosotras luego de colocarlos en sus envases fuimos hasta el área que reservaron y había una chica decorando la mesa, luego colocamos los dulces ahí.

—Gracias por los dulces se ven que están deliciosos —habló una chica—, Soy Lía la cumpleañera —nos tendió la mano.

Ambas se las estrechamos. Es muy linda. 

—Espero que sea de tu agrado —habló Nina sonriente.

—No lo dudo —se fué con una sonrisa.

Subimos a la cocina y Nina y yo soltamos un grito de felicidad, todo había salido bien. Luego seguimos en nuestro trabajo, entre dulces, pasteles etc.. Amaba hacer mi trabajo, hacer lo que más gustaba me hacía feliz.

Luego de trabajar, llegó nuestra hora de salida, iba a entrar a mi auto pero Nina me detuvo.

—¿Ya te vas? —asentí— Te invito un trago ¿Aceptas? —juntó sus manos en forma de súplica.

—Bien, vamos pero no beberemos mucho —la amenace con el dedo.

Chilló —Tenemos que celebrar nuestro primer trabajo juntas pequeña Luna.

Negué divertida y subimos a mi auto, ella siempre se iba en taxi así que mi auto estaba a disposición, ella me indicó dónde ir, maneje por varios minutos y llegamos a una especie de bar discoteca, el ambiente era increíble, ella y yo nos sentamos en la barra, pidió unos tragos livianos y empezamos una charla para conocerla mejor.

—Cuéntame sobre ti pequeña Luna —tomó de su trago.

—Pues ya sabes mi nombre —reímos— tengo veintisiete años, tengo dos hermanos gemelos y mis padres se llaman Antonio, Angelo y mi madre Anne.

—Espera espera.. —casi se ahoga— ¿Tienes dos papás? —asentí— que suertuda es tu madre.

—Pues si —aquello me hizo reir—, mis padres son unos hombres increíbles y adoran a mi madre como nadie, al igual que a nosotros...

Hablamos por un buen rato sobre mi, le conté que soy adoptada sin entrar en detalles, de cómo es mi relación con mis padres y hermanos. La verdad es que jamás tuve una amiga, la mayor parte del tiempo me hacían bullying por mi origen o por mis papás. 

—Ahora sobre ti Nina —tomé de mi trago.

—¿Qué te puedo decir Luna? Mi vida no es tan buena como la tuya, te cuento que... Soy una chica trans —sonrió a medias.

¿Había oído bien? Es una chica trans.

—¿En serio? —estaba sorprendida— Creeme que no lo había notado. Sin ofender. 

—Lo se —rió—, hice mi transición a los catorce, pero fue con ayuda de mi abuela ya que mis padres me corrieron de casa cuando les conté sobre mi orientación sexual —sonrió con tristeza— antes me llamaba Nills.. Y estoy trabajando en esa repostería porque quisiera que mis padres se sintieran orgullosos de mi, a mamá le gustaba hacer postres y me enseñaba a escondidas de papá —desvió la mirada— yo quería ser como ella, pero por hacerle caso a mi padre sobre lo que soy me echaron y a la única persona que tengo a mi lado que es mi abuela.

—Creeme que no debes demostrarle nada a nadie, eres suficientemente capaz de lograr lo que quieres, puedes contar conmigo para lo que necesites, en serio. —tome su mano. 

Ella asintió con una pequeña sonrisa, seguimos hablando de cosas triviales, conocernos mejor, entre tragos y tragos empecé a marearme, bueno, ambas los estábamos, fuimos a la pista a bailar, tenía ganas de hacerlo, así que empecé a bailar junto a Nina, ambas nos movimos al ritmo de la música entre risas y caras graciosas, ella se fue a sentar un momento y yo tenía ganas de ir al baño, en el camino choque con alguien pero esa persona me tomó de la cintura

Que manos tan fuertes...

—¿Moretti? —esa voz— ¿Que hace aquí?

Tuve que levantar la mirada, vaya que este hombre si que es alto.. No lograba verlo bien. 

—Oh señor Koch —reí—, qué bueno verlo por aquí ¿Se divierte?

—Eso creía —dijo serio.

—Es extraño verlo a usted por este sitio tan alegre —rei un poco—, teniendo en cuenta que parece un anciano metido en el cuerpo de un hombre joven..

—¿Está sola? —preguntó tajante, ignorando mi comentario.

—Nopi nopiti nop —reí— ando con Nina, es mi amiga ¿Ya la conoce? Es una chica hermosa, aunque tiene una familia de m****a —reí de nuevo.

No soltaba mi cintura. La verdad es que el es muy fuerte, demasiado diria yo. 

—Esta muy tomada, vamos a buscar a Nina para llevarlas a sus casas, este sitio es peligroso para ustedes. —asentí.

Sin soltar su agarre, me aferré a sus fuertes brazos, caminamos hasta donde estaba Nina y salimos del bar, subimos a su auto Nina entre dientes le dió su dirección y en la puerta la recibió una señora mayor supuse que era su abuela y el señor Koch me llevó a dónde vivo.

Claro, ambos vivimos en el mismo edificio, que tonta.

El estacionó el auto, me ayudó a bajar y ambos subimos al ascensor.

—¿Sabe señor Koch? —me tambalee un poco— Usted a veces suele ser un idiota..

—¿Ah sí? —me miró y yo asenti.

—Sipi —reí—, pero aún así lo admiro, me gusta su trabajo.. Pero eso no quiere decir que me deje intimidar por usted o Cedrik Koch —le pique el pecho con mi dedo.

Que pecho tan duro... ¿Hará ejercicio?

—Hagan lo que hagan no me voy a rendir tan fácilmente, yo podré contra ustedes y eso se los demostraré —sonreí orgullosa.

—No se rinda Moretti —me miró fijamente—, personas como usted es lo que necesitamos.

El ascensor se abrió y el me ayudó a salir, caminamos hasta la puerta del departamento, busqué mis llaves por el bolso pero no la encontraba.

—Putas llaves —murmuré— ¡ah! Aquí están —reí— pero no sé cuál va.

—¿Cuál es la de su puerta? —me quito las llaves. 

—La que tiene un lindo patito —me recargue de la pared—, creo que bebí demasiado señor Koch, creo que veo doble.

Abrió la puerta de mi departamento y me ayudó a entrar, deje mis cosas sobre el sofá y empecé a quitarme los zapatos luego la camisa pero unas manos me detuvieron..

—¿Que hace? —frunció el ceño— recuerde que aún estoy aquí.

—¿Que espera para irse? —lo miré seria— quiero desnudarme en mi sala —señale la puerta— gracias por traerme —saque un billete y se lo tendí—, es por su gran servicio señor Koch.

El me miró a mi y luego el billete, sin decir nada salió de mi departamento.. Yo continué, fui hasta mi cuarto y me acosté en mi suave cama.

Mañana será un día pesado...

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App