—Infiel o no… —hizo una pausa ese macho—. Me perteneces, Luna.
—No te pertenezco, soy una falsa Luna… —dijo ella con su voz temblorosa y su corazón latiendo desenfrenado—. Me darás mi libertad, el divorcio; es nuestro trato.
—¿Sigues con eso de "falsa Luna"? ¿Te preocupas por algo tan estúpido? —soltó él con desdén, como si fuera un mero detalle insignificante—, puedo volverte la única. Podría rechazar a mi verdadera Luna o matarla, entonces, ese lugar siempre sería tuyo.
¡Adalet no podía creer lo poco que le importaba a ese macho su verdadera Luna!
Todo lobo en el maldito mundo buscaba a su mate, la deseaba con desesperación, era un anhelo por encontrarla que no se podía reprimir. Sobre todo si se era un Alfa y… Ahí estaba ese Rey Alfa… ¡EL MÁS FUERTE DEL MALDITO MUNDO!, diciendo a la ligera que mataría o rechazaría a su Luna… ¡Si ella se quedaba a su lado!
Por supuesto, la hembra de ojos esmeraldas… ¡NO LE CREYÓ UN CARAJO!
Adalet soltó una risa fría, sus manos aferrándose