>>> Adalet:

—¿Otra vez…? —jadeé, con los ojos entrecerrados—. Zefor, no puedo… No… no me quedan fuerzas…

—Claro que puedes, Luna —murmuró, con esa sonrisa suya que sabía exactamente cómo incendiarme por dentro—. Vas a gritar mi nombre otra vez… y después te voy a llevar a la cama. Pero ahora… aún no he terminado de castigar esta boquita mentirosa.

Su voz era oscura, sucia, provocadora.

Y sin dejarme de su regazo, volvió a embestirme con fuerza.

—¡Aaaah!~ ¡Zefor! ¡Ah… ah…! —grité sin poder contenerme, arqueando mi espalda como si me faltara el aire… ¡Yo ya estaba toda hinchada, palpitante de mi último orgasmo!, pero mi cuerpo correspondía a sus intensas penetraciones, a su deseo excesivo, al embriagador aroma de sus feromonas dominantes.

Él me sujetó con ambas manos de las caderas y comenzó a moverme sobre él como si no hubiera límite.

—¡Luna… Me estás volviendo loco! —gruñó, mordiéndome el cuello.

—Aaaay~ —gemí entre el dolor y la excitación… El besaba y me lamía, me dejab