En cualquier otra situación normal, habría sido extraño o incluso peligroso que una chica fuera sola a casa de un extraño a quien conocía muy poco, sin embargo aquella no era una situación normal.
Al fin y al cabo, si Zeth se propasaba o hacía algo extraño, Freyha sabría muy bien cómo defenderse.
Por eso, la loba gris no tuvo ningún inconveniente en acompañar al atractivo chico de cabello color ébano y mirada esmeralda hasta su casa, atravesando el desolado bosque que tantas noches había recorrido, ya fuera en soledad o acompañada de otros miembros de la manada.
—Mi hermana no está, o al menos eso me dijo hoy—dijo el chico buscando en un bolsillo de la mochila, la ll