Estaba muy emocionada por estar de vuelta, a pesar de parar unos cuantos años en Chicago, le tenía más aprecio a este lugar en donde nací, mis padres estaban ausentes en mi vida, desde la muerte de mi hermano, nunca recibí una llamada de su parte, al parecer para ellos enterraron a sus dos hijos el día del sepelio de Martín, me esforcé por mucho tiempo a que ellos me prestaran atención, mas nunca lo logré.
Vine a Chicago y me encontré con Maggy, Francisco y Riana, ellos se convirtieron en mi nueva familia.
—¡Bell! ¡No puedo creer que estés aquí! —Maggy me recibió con un fuerte abrazo, había llegado a la cafetería en compañía de Dominic y en efecto muchas cosas ya estaban empacadas —¿Pero d