La reacción de ambos me lo confirmó. No quería indagar demasiado, por lo que sólo moví la mano, alejando los pensamientos de ambos.
—Luxu es peligroso, Eleanna —afirmó Lily.
—Ya lo sé.
—No lo sabes. En este tiempo eres demasiado joven para saberlo.
—Pero no seré joven por siempre —refuté—. Confía en mí. Sé que puedo hacerlo, Liam.
Apretó los ojos, negando con la cabeza. Para cuando logró abrirlos y mirarme a los ojos, las lágrimas asomaban de los suyos. Me abrazó con fuerzas, murmurando cuánto lo sentía.
Lily no quiso acercarse. Lo supe desde que ingresó a mi despacho. Se mantuvo siempre a una distancia dolorosa, como si me temiera, como si estuviera asustada de mi respuesta.
Le sonreí con incomodidad, sin intentar acercarme por mi cuenta. No me veía con odio ni rencor, sólo era... Cautelosa.
—Lo lamento, Eleanna. Te prometo que voy a recompensarte.
—Ya lo has hecho.
Y era cierto. Estaba en deuda con esos chicos.
—Es tiempo de irnos, Liam. Nuestros yo del pasado están por llegar aquí.