El cambio en el ambiente me hizo cerrar los ojos con fuerza. El dolor seguía ahí, en alguna parte de mi mente, pero una paz me inundó cuando el olor a la manada llegó hasta a mí.
Fue sólo un par de segundos, para nosotros, pero al menos medio día para la manada. Sentí el cambio en el ambiente, justo antes de que una luz brillante apareciera sobre nosotros. Parpadeé un par de veces, mi cuerpo resintiendo aquel uso de la magia. Para cuando pude enfocar mi vista nuevamente, la manada me dio la bienvenida con su usual ajetreo. Algunos lobos voltearon a vernos, frunciendo el ceño ante los desconocidos, pero estaban con vida. Y yo ya estaba aquí, había visto el futuro.
Y estaba aquí para salvarlos a todos.
Lloré por unos segundos, por el alivio, por el dolor que aún persistía. Me dejé inundar por los brazos de Liam, quien jamás me soltó. Lily también me abrazaba, como si intentaran unir mis piezas rotas.
—Gracias —la abracé con fuerza, a ambos. Lily solo me sonrió, justo antes de darme un l