Un mes y medio después, los esposos Lombardi, se encontraban en el consultorio del ginecólogo que atendía a Adriana, ella había llevado excelentes cuidados gracias a su marido y la estaban dando de alta, ya podría moverse más a placer, y dejar la cama
— ¡No puedo creer que por fin voy a ser libre de ir y venir a dónde se me plazca, podré arrullar a mis bebés, salir al centro comercial, regresar a la escuela, no podría estar más feliz!
— Un momento señora Lombardi, la estoy dando de alta pero no debe olvidarse de tener cuidado, una recaída sería fatal, le recomiendo que lleve las cosas poco a poco, puede arrullar a los bebés, salir con moderación y si va a la escuela procurar no caminar demasiado, no correr, ni levantar nada pesado
— Tendré cuidado, no sabe lo que significa para mí poder recuperar mi vida, he pasado en cama un mes y medio, eso es demasiado para cualquiera
— Si, Quizás si, oh por cierto, se me pasaba algo muy importante, ya que ustedes son una pareja jovén que