Leonardo

"¿Pronto, papá?" atendí el teléfono en cuanto me alejé de la sala, reconociendo el número italiano.

"Leonardo, ¿qué casino es este? ('¿Qué desastre es este?')" la voz grave de Tomaso Martinucci sonó del otro lado, mezclando italiano y portugués como siempre hacía cuando estaba nervioso. "¿Qué historia es esa de secuestro? ¿En qué lío te metiste?"

Pasé la mano por el rostro, intentando mantener la calma. Era todo lo que no necesitaba ahora: mis padres metiéndose en esta historia.

"No te preocupes, papá. Todo está bajo control."

"¿Bajo control?" rio sin humor. "¡Los periódicos americanos dicen que secuestraste a alguien! ¿Cómo puede estar bajo control?"

"Es una historia compleja que no quiero discutir por teléfono."

"Ah, claro. Nunca quieres discutir nada; siempre nos mantienes alejados de tu vida. ¿Qué hicimos para merecer esto, bambino?" suspiró.

"Solo no quiero preocuparlos innecesariamente. Sé cómo resolverlo. De hecho, todo ya está en marcha. Pronto sabrán toda la verdad."