Leonardo

Dejar aquel cuarto fue una de las cosas más difíciles que hice. Mi cuerpo entero protestaba; cada célula gritaba para volver con Amber, para terminar lo que habíamos empezado. En quince años dirigiendo MGroup, nunca había sentido los negocios como un inconveniente. Hasta ahora.

"No recuerdo haberles dado todo mi tiempo." hablé cerrando la puerta a mis espaldas.

Magnus abrió los ojos de par en par al verme; su rostro se sonrojó levemente. Siguiendo su mirada, noté mi camisa abierta y la mancha evidente en mi pantalón, pruebas claras de lo que había interrumpido.

"Lo siento, jefe," tartamudeó, desviando la mirada. "Intenté hablar con Layla, pero no contesta. Y Vancelos... bueno, nunca llama y llevamos años esperando su arrepentimiento."

"Lo sé," suspiré. "Dame un minuto."

Volví al cuarto, encontrando a Amber aún en la cama; su expresión se suavizó al verme. La tela del vestido ligeramente arrugada, los cabellos desordenados, una visión que no ayudaba a mi concentración.

"¿Va a