47. Positano
Leonardo
No debería haber salido de ese cuarto. No después de la noche que tuvimos, no con Amber comenzando finalmente a confiar en mí, no con los niños sonriendo de esa manera. Pero cuando llegó el primer mensaje alertando sobre los planes de Martina, supe que necesitaba alejarme. Había aprendido de la peor forma que mi rabia podía ser devastadora, y Amber y los niños ya cargaban con traumas de sobra.
Ahora, parado en esta oficina improvisada donde Magnus mantenía nuestra operación en marcha, intentaba controlar la furia que crecía con cada nueva información. Como si no bastara con Peter y sus amenazas, Martina parecía decidida a convertir mi vida en un infierno.
"Señor Martinucci, sobre la boda en Positano..." la voz de la organizadora sonó demasiado animada por teléfono. "La señorita Ricci ya reservó el lugar para dentro de dos meses y..."
"¿Qué mierda es esta?" corté bruscamente, entrando en la oficina improvisada que Magnus estaba usando.
"La capilla es hermosa y..."
"¿En Positan