46. Cambio
Amber
Desperté lentamente; mis labios aún hormigueaban con el recuerdo de los besos de la noche anterior. Era como si cada célula de mi cuerpo hubiera despertado de un sueño profundo con el toque de Leonardo. Incluso ahora, horas después, podía sentir el calor de sus manos, el sabor de su boca, la forma en que mi cuerpo respondía instintivamente al suyo.
"Deja de pensar en eso," murmuré para mí misma, intentando alejar las sensaciones que hacían que mi corazón se acelerara.
Me giré en la cama, esperando encontrar a todos aún durmiendo, pero mi mano tocó solo el espacio vacío. Abrí los ojos por completo; el pánico comenzaba a instalarse cuando noté que Bella no estaba allí. Ni Leonardo. Solo Louis reposaba sereno.
"Calma," respiré hondo, intentando controlar la ansiedad que empezaba a subir por mi garganta. "Deben estar..."
Un sonido de risa atravesó la puerta cerrada: la risa de Bella. Ese sonido cristalino que siempre calentaba mi corazón. Salí de la cama de un salto, ignorando el ma