Capítulo noventa y uno: Un sí y una oportunidad.
La estaba pasando muy bien hasta que ese instante llegó, ella me pechaba de gusto solo para llamar mi atención; mientras bailaba con Matt de forma casi vulgar, su baile; esos besos exagerados dejaban en claro que solo lo hacía para molestarme, recalcar que ella era su dueña ahora.
— Hija, no les hagas caso— la vos de Renato me hace prestarle atención, su gesto de “tú sigue, divierte; ignóralos”, fue claro; continué bailando hasta que él se cansó.
En esa pausa me dirigí a la barra y pedí algo más fuerte, mi sistema lo necesitaba. Al terminar el primer baso, pedí otro que sí tomaría más calmadamente,
— ¿Te estás divirtiendo?
Puf la vos de Luisa volvía a joderme, la miré y él estaba con ella, desviando su mirada de mí, como si fuese culpable,
— Si la verdad que mucho— le dije dedicándole una sonrisa,
— Qué bueno; Fer, nosotros también, ¿verdad amor? — comentó con arrogancia,
— Ajá— fue lo único que él pudo decir.
Terminé el vaso y pedí otro antes de dirigirme a ella de